En los viajes que he hecho por varios lugares del mundo he conocído muy pocos compatriotas que también se encuentran en una travesía similar, es decir viajando por su cuenta para conocer otros lugares del mundo sin importar la duración de dicho viaje. Incluso en Latinoamérica no he visto a tantos como creo que debería haber.

La mayoría de viajeros (que para mí, nos son simples turistas) son de países europeos. Diría que las nacionalidades más comunes entre dichos viajeros independientes o «backpackers», como se les conoce en inglés y mochileros en español, son franceses, holandeses, alemanes, de los países nórdicos, ingleses, españoles (a pesar de la crisis), australianos e israelitas. De Latinoamérica, los argentinos encabezan la lista y en contadas ocasiones se ven chilenos y mexicanos.  Los Colombianos desafortunadamente no se ven casi aunque debo admitir que en este viaje por Asia ha sido la excepción, pues he conocido a varios más de lo que esperaba dándome una mejor esperanza. Eso si, buena parte de ellos radicados en Australia, USA o en otro país…

mis parceros Colombianos en Japon
Paula, una Colombiana enamorada de Filipinas

Lo anterior lleva a pensar que nuestra amada raza latina y en particular los colombianos en general, son malos para viajar independientemente y son pocas las excepciones. Pero créame que lo he pensado mucho y me parece que no es nuestra culpa pues hay varias razones que nos llevan a serlo. Les contaré algunas qué creo son las más relevantes, así como mis consejos para curarse y así poder descubrir otros lugares y gentes, viviendo experiencias que a la vez lo enriquezcan como persona y lo saquen de la rutina. Estas son dichas razones:

Dinero:
Lo menciono en primer lugar pero no porque sea la razón más importante sino porque es la excusa más importante. Los colombianos decimos que no tenemos dinero para un viaje grande, y  cuando sabemos que lo tenemos, estamos muy ocupados porque el trabajo lo exige y hay que cuidarlo.

Como pueden ver, este es un círculo vicioso que nos impide liberarnos. Pero se puede salir de ahí. La respuesta aunque parezca obvia es: ahorro. Aunque su sueldo no sea de ejecutivo, si ahorra una cantidad al mes para su viaje, se dará cuenta que en un año habrá ahorrado una cantidad considerable. Especialmente puede suprimir de sus gastos aquellos lujos que pueden consumir su dinero rápidamente. Intente por ejemplo reducir su consumo cuando salga de rumba, suena difícil pero con lo que cuesta una botella de licor en varios lugares, puede pagarse medio pasaje en promoción incluso fuera de Colombia.

También tenga en cuenta que viajar no tiene que ser algo costoso. No hace falta quedarse en un hotel 5 estrellas para disfrutar el viaje. De hecho, yo evito estos lugares pues aparte del costo, no le permiten tener una experiencia cercana a la cultura que visita ni a otros viajeros. Es como estar en una burbuja. Puede quedarse en hostales u hoteles baratos que cuestan desde 1.5 dólares la noche (en Camboya) hasta 28 (en Japón) y a pesar de que no tienen todas las comodidades ni lujos, son buenos lugares para hacer amigos, dormir e incluso para iniciar la fiesta.

Cultura:
Recientemente leí en National Geographic acerca de los factores que nos llevan a explorar. El viaje en esencia, de la forma que lo veo, es una exploración, tanto externa como interna de nuestros límites y fronteras. Mencionan que un factor es genético, asociado a un gen que nos hace más propensos a tomar riesgos y a tener una mayor curiosidad. Este gen lo tiene aproximadamente el 20% de la población y seguro ha contribuido a que se hayan dado los grandes viajes de exploración que ha tenido la humanidad, como el descubrimiento de América o la colonización de las islas del Pacífico.

Pero no solamente es genético el tema, ni tiene porque serlo. También se reconoce que es un tema cultural en el que las sociedades promueven comportamientos que nos lleven a explorar y a viajar. Un ejemplo son los israelitas, para quienes es comúnmente aceptado que después de prestar el servicio militar se haga un viaje largo a fin de conocer el mundo antes de empezar estudios o a trabajar. En Colombia creo que no tenemos esta cultura de viaje independiente y por el contrario lo que se promueve como viaje son los resort todo incluido o el tour guiado por algún lugar. No digo que estas opciones no sean válidas para viajar pero no son las únicas.

Una de las formas en las que puede superar el efecto cultural es justamente siendo consciente de que existe y luego tomando algunas acciones para informarse mejor de aventuras y destinos a visitar. En Internet y las redes sociales hay buena información en páginas como NatGeo, www.viajeros.com, www.lonelyplanet.com. De esta forma usted puede decidir por su cuenta si viajar (explorar) independientemente es lo suyo o si se queda con la promoción de 4 noches 5 días todo incluido del Decameron.

Miedo:
Aunque no es la norma, emprender viajes a veces implica salir de la zona de comfort y eso da miedo. Es posible que la travesía signifique que deba renunciar a su trabajo, alejarse de sus familiares y amigos, separarse de sus posesiones materiales, exponerse a nuevos riesgos en lugares desconocidos. Es cuestión de cada uno que tan dispuesto está a perder de su mundo convencional a fin de explorar el fantástico mundo que está allí afuera esperándolo. Lo que les puedo decir es que los sacrificios valen la pena, y no solo por mi propia experiencia sino por la de la inmensa mayoría de viajeros que he conocido en el camino y que coinciden en que el viajar ha transformado sus vidas para bien dándole un mayor sentido, aprendiendo de las experiencias vividas y aprendiendo de si mismos. El viaje no es sólo una exploración externa de lugares, gente y situaciones, es un recorrido al interior de nosotros mismos para conocernos y entendernos mejor al enfrentar estas situaciones.

Si ahora tiene miedo de soltar esas ataduras que lo tienen sujeto a su vida habitual, piense que en un futuro será probablemente aún más difícil dejarlas. En nuestro patrón social habitual van creciendo las cadenas a medida que pasa el tiempo: conseguir un empleo (malo o bueno); endeudarse para comprar una vivienda, carros, electrodomésticos, etc; tener una familia o ser responsable por alguien. Todo esto son factores que con el tiempo serán excusas y razones perfectas para no emprender una travesía.

Lo último que es recomendable es que tenga algún manejo del inglés. Es el idioma universal y como tal le permitirá comunicarse con viajeros y algunos locales dependiendo del país donde se encuentre. Así que si su inglés es como el de la reina de belleza vergonzosamente famosa en Colombia por su «felicing cartagening hiltoning» póngase las pilas y a estudiar. Luego les comentaré otros consejos para prepararse para el viaje pero lo principal es la motivación para comenzar.

Ahora bien, no quiero decir que esta sea la única forma y que tenga que soltar todo para hacerlo. Puede que para muchos sea suficiente las 3 semanas al año que tienen libres según el calendario laboral colombiano. Pero recuerde que el tiempo pasa y las oportunidades se esfuman. Tal vez usted también necesite de un tiempo como yo para explorar ese mundo.

A mi me gusta pensar en esta frase de Hellen Keller:
«La vida es una gran aventura, o no es nada en absoluto»

Atrévase a vivirla, compre el pasaje y recorra el camino.