A nadie, nunca, lo felicitan por robar; es más, todas las sociedades lo prohíben, y en casi todas se castiga con severidad a quien roba.
Algunos dirán que «todo depende». Por ejemplo, en el caso de los corruptos que últimamente parecen «estar de moda», y no sólo en Colombia: depende de quién, de cuánto, de qué, y, ante todo, de que nadie se entere, porque cuando el robo sale a la luz pública, quien antes era conocido como ciudadano honesto deja de serlo definitivamente, y no tanto porque robó sino porque, finalmente, «lo pillaron».
Pero, en cuanto a robar qué, sí parece existir algo que todos quisiéramos hacer -o que nos lo hicieran- alguna vez: robar besos. Y es, precisamente, la propuesta que pusieron en marcha Sebastián Yatra y Carlos Vives con su ya muy famosa canción «Robarte un Beso», cuyo video tiene registradas más de novecientos veintisiete millones de reproducciones en YouTube, y no por casualidad: la idea de recuperar el valor de un sentimiento entre dos personas, y eso de disfrutar de un beso de amor y de lo que produce -ante todo si es un «beso robado»-, son asuntos que llegan a los corazones y tocan las almas de muchas personas, de todas las edades y en cualquier lugar del mundo.
Pero, como en las historias románticas no todo es color de rosa, y aquí no hubo una excepción, mientras que los artistas se dedicaban a robar besos y a invitar a medio mundo a que los imitara, alguien decidió «robar» -o ¿será mejor decir «ignorar»?- casi todas las tildes que debieron ser escritas en los pocos textos del videoclip. Ese alguien sólo atinó a escribir correctamente dos de las palabras que llevan tilde, y quedó debiendo las otras cuatro.
Y es aquí en donde se pone delicado el asunto: porque no se trata de omitir una simple «rayita oblicua que…», según la definición de tilde; lo grave es que, a partir de la observación del clip, algunos miles -o millones- de jóvenes y adultos inocentes deben estar pensando que da lo mismo escribir y pronunciar «Andres» y «Andrés», «ultima» y «última», «tenia» y «tenía»; o «Martin» y «Martín». Mensajes inadecuados, y malos ejemplos, para quienes están aprendiendo español y, al mismo tiempo, tratan de robarle un beso a alguien utilizando el video de Sebastián Yatra y Carlos Vives como pretexto.
Lo que sí es rescatable en la letra de la canción de estos dos famosos e ilustres «ladrones de besos», es que no están incitando a cometer ningún delito sino a vivir una experiencia única e inolvidable. Y lo dicen así, simple y directamente: «…déjame robarte un beso que me llegue hasta el alma…», es decir, un beso de aquellos que verdaderamente dejan huella…y producen ganas de «robar» más…y de «ser robado», también.
Algo más: si el responsable de la edición del videoclip también participó en la producción del material publicitario de la campaña de expectativa del trabajo de Vives y Yatra, no es casualidad que las necesarias tildes de «CÓMO» Y «ÚNICA» hayan sido omitidas también:
Nada más, por ahora.
Comentarios y sugerencias, en la cuenta de Twitter @csejairoalberto y en las direcciones de correo electrónico jalgarsa@gmail.com y cualquieraseequivoca@gmail.com
Enlace del video en You Tube:
https://www.youtube.com/watch?v=Mtau4v6foHA
Actualización, Octubre 24 de 2018:
Sigue siendo un enorme éxito este videoclip. A la fecha ya suma más de 940 millones de vistas en You Tube.
Actualización, Enero 10 de 2020:
Continúa el éxito de este videoclip. A la fecha ya se acerca a los 1300 millones de vistas en You Tube. Y las tildes…siguen pendientes…