En un mundo donde los retos de la agricultura crecen cada día, la economía solidaria emerge como el motor transformador de los pequeños agricultores. Este modelo no solo une fuerzas, sino que desarrolla el músculo financiero necesario para impulsar la capacidad productiva, organizacional y empresarial de quienes trabajan la tierra.
Sin embargo, es crucial entender que esto no se trata de asistencialismo, porque regalar recursos puede generar dependencia y, a largo plazo, dejar las fincas igual o incluso en peores condiciones. El verdadero cambio ocurre cuando se enseña, se acompaña y se trabaja en el largo plazo para activar a los agricultores como empresarios.
Imaginemos a un agricultor que, unido a sus pares, logra optimizar la compra de insumos, estandarizar la calidad de sus cosechas, y generar volúmenes competitivos que abren puertas a mercados nacionales e internacionales. Este es el poder de la economía solidaria bien aplicada.
Hace pocos días, la cámara Procultivos de la ANDI y Crepes & Waffles realizamos un webinar, en el que exploramos cómo integrar las dimensiones empresariales, productivas y organizacionales puede revolucionar el agro. Aunque los modelos aún tienen margen para mejorar, ya demuestran que la sincronía entre productividad, rentabilidad y sostenibilidad no es un ideal utópico, sino una meta alcanzable. Casos inspiradores demostraron que el cambio requiere tiempo y acompañamiento continuo, pero los frutos son transformadores.
Al fortalecer el ser empresarial de los agricultores, se activa su autodesarrollo, autoestima y autosuficiencia. Estas cualidades, combinadas con innovación y trabajo colectivo, pueden transformar fincas en emporios agrícolas. Tal como lo expone Michael Porter, al hablar de valor compartido, el éxito social y económico no son opuestos, por el contrario, son la clave para un agro resiliente y rentable.
Hoy los invito a ser parte de esta transformación y a conocer la totalidad de la charla que realizamos con Natalia Ocampo, jefe de sostenibilidad de Crepes & Waffles. ¡Descubran cómo, con esfuerzo colectivo y visión, podemos cultivar un futuro donde los agricultores sean verdaderos empresarios que vuelan alto!