Hoy celebramos con profunda gratitud el Día del Facilitador, rindiendo un merecido homenaje a quienes hacen posible que la transformación llegue a cada rincón del campo colombiano. No hay programa exitoso sin un facilitador comprometido. Por eso, ellos son el alma de nuestra apuesta por una agricultura sostenible en acción.

Su labor es invaluable: con paciencia y dedicación, guían a los productores en la adopción de buenas prácticas, desde el manejo de cultivos hasta la nutrición del suelo, logrando cosechas más sanas, productivas y sostenibles. Pero un facilitador no solo enseña. Inspira. Escucha. Se conecta. Se involucra con la vida y la realidad de quienes cultivan la tierra.

Cada año, los facilitadores recorren caminos apartados, cruzan ríos caudalosos, superan barreras físicas y emocionales para llegar donde nadie más llega. A veces, son los primeros en llevar conocimiento a una comunidad. Otras veces, hacen hasta de sicólogos espontáneos que saben cuándo escuchar y cómo apoyar.

Por eso, cada año renovamos su energía y fortalecemos sus capacidades en una convención especial. Este 2025 nos enorgullece haberla realizado en el CIAT, uno de los centros de investigación agrícola más importantes del mundo. Allí no solo se actualizó el conocimiento técnico: fortalecimos el ser, porque sabemos que toda transformación auténtica comienza en el interior.

Hoy celebramos su entrega, su ética y su humanidad. Gracias facilitadores por hacer de cada jornada una siembra de saber, confianza y esperanza. Ustedes son los verdaderos protagonistas del cambio que estamos cultivando, finca a finca, apiario a apiario, cosecha tras cosecha.

¡Feliz Día del Facilitador! Nos vemos pronto.