
Empalme generacional: la única vía para cosechar el futuro del agro
La edad promedio de quienes trabajan la tierra en Colombia supera hoy los 57 años. Si proyectamos esa tendencia hacia 2030, podríamos enfrentar un campo sin jóvenes y, por tanto, sin agricultura. La población rural decrece aceleradamente y el empalme generacional se vuelve urgente, no solo para la sostenibilidad del agro, sino para la seguridad alimentaria nacional.
Este no es un llamado a sustituir a nuestros mayores, es una invitación a construir una amalgama intergeneracional que conecte experiencia con innovación: ese es el verdadero empalme generacional. Necesitamos jóvenes que se enamoren del campo y para lograrlo debemos ofrecerles condiciones reales: acceso a tierra, financiamiento, conectividad, formación técnica y oportunidades de emprendimiento.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) lo confirman: el ODS 2 clama por una agricultura sostenible, el ODS 8 exige empleo digno para todos y el ODS 4 nos recuerda que sin educación de calidad no hay transformación. Organizaciones internacionales como la FAO, el Banco Mundial y la OCDE coinciden: integrar a la juventud rural no es una opción, es una necesidad estratégica.
Taiwán nos ofrece un ejemplo inspirador. Con su programa ‘Agricultural Youth Ambassador’, ha logrado que miles de jóvenes regresen al campo con orgullo, tecnología y nuevas ideas. En Colombia también podemos lograrlo si se articula una política nacional de empalme generacional con visión de país.
El campo necesita jóvenes y Colombia necesita asegurar su abastecimiento de alimentos. No dejemos que el reloj corra sin actuar. Son cinco años decisorios. El empalme generacional empieza aquí y ahora. Manos a la obra.
This is such a powerful and timely message about Colombia’s rural future. The urgent need to build a true generational bridge—where the wisdom of our elders meets the innovation of youth—is exactly what can revitalize agriculture and secure national food sovereignty. Creating real opportunities for young people through access to land, financing, and training is key. This effort can serve as a dynamic brand activation for rural development, sparking renewed interest and investment in the countryside. Learning from Taiwan’s Agricultural Youth Ambassador program shows that with the right vision and policies, Colombia can transform its rural landscape. The next five years are critical—let’s make sure we act now to create a sustainable and thriving agricultural future for all generations!
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La pasión por sí sola no puede hacer que los jóvenes regresen al campo; Necesitan oportunidades tangibles y medios para construir su futuro wacky flip
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