Por A. Moñino

Hay un dicho popular que dice “la justicia es para los de ruana” y esta semana sí que quedó confirmado: el carpintero Ariel Josué Martínez estuvo a punto de conocer Estados Unidos, después de estar encerrado 6 meses, porque lo iban a extraditar siendo inocente; algo así como la “American nightmare”. Por fortuna, todo se aclaró y este pobre parroquiano podrá disfrutar de un suculento sancocho que le harán de bienvenida luego de unas obligadas vacaciones en una celda de 2 X 2 y con dieta de preso, de preso de ruana.

Pero esto no es tan nuevo en nuestro sistema de in-justicia, basta recordar otros de los tantos casos similares como el de Jubiz Hazbún, un señor de Barranquilla que fue inculpado por la muerte de Luis Carlos Galán y tuvo que pagar 4 años de cárcel siendo inocente, o el de Leder Correa, un campesino que se robó un caldo de gallina y estuvo a punto de pasar 6 años en prisión, mientras que algunos ladrones de miles de millones pagan incluso menos y no tienen que comer caldo de gallina, porque seguro comen gallina de verdad y todo lo que se les antoje.

Frente a las injusticias algunos fueron más astutos, e incluso mentirosos, y decidieron quitarse la ruana antes de que los capturaran, como Andrés Felipe Arias, Luis Carlos Restrepo, María del Pilar Hurtado o, recientemente, Sandra Morelli, entre otros (vaya uno a saber si ellos son culpables o inocentes), y fue así como pusieron pies en polvorosa para evadir su responsabilidad. Entre tanto, algunas voces de peso como Francisco, Pacho, Pachito, Pachitico Santos, estuvieron de acuerdo con la huida e incluso apoyaron estas fugas, como lo admitió el buen Pacho recientemente. Lo que parece obviar Francisquito, es que si todos nos fugamos y nadie responde, pues fácilmente todos harán lo que se les da la gana con el país, como lo hace sus amigos. ¡Qué miedo Pachito con esas ideas y aspirando, más y nada menos, que a la alcaldía de la capital!

Todo lo contrario hace Andrés Camargo, exdirector del IDU, que también ha sido condenado, aunque muchos conocedores del caso y de las leyes reiteren su inocencia. En caso de que efectivamente no sea culpable, es de aplaudir que asuma su caso, que de la cara y que acuda a la justicia, a pesar de que crea que es, paradójicamente, injusta. Sólo así se pueden mejorar, cambiar e incluso fortalecer las instituciones, pero hay varios que de esa palabra poco entienden y siempre buscan los mejores atajos para llevar a cabo sus propósitos. De propósitos han estado llenos los dictadores, que de instituciones, poco o nada entienden.

Por algo será que resulta tan tentadora esa idea de que todo el mundo sea juez en Facebook y en Twitter y ya sepa quién mató a Colmenares o si la condena de Popeye fue justa o no, porque lo que cada día queda más claro es que los jueces de “verdad” siempre salen con fallos, entiéndase errores. Pero si cada cual planea quitarse la ruana cuando se le de la gana para que no lo alcance la justicia, pues mejor volvamos a las cavernas, regresemos a esas leyes del más fuerte o el más vivo, que como vamos nos estamos acercando.

*Foto original de Extradicion.com.co

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