No creo que nos vayan a echar de ningún lado, o bueno, tal vez de nuestras casas por tanto trabajo ad honorem, pero eso no importa. El título usado para este post es simplemente para ilustrar el fenómeno que se hace cada vez más popular en los medios de comunicación, copiado en su mayoría de páginas web con muchos visitantes, para mantenerse en el reinado de los clics, los likes, los usuarios únicos y demás criterios del mundo digital.
Aunque no conozco muy bien el interior de las redacciones y los medios de comunicación, a juzgar por lo que veo como espectador, es inevitable darse cuenta de que así como hay periodistas interesados en contar buenas historias, en darle profundidad a sus relatos e informar, también abundan las historias malas, las noticias no noticias, la información inútil a la que se le nota desde la primera letra o el primer segundo que sólo está pensada para atraer visitantes solamente.
Para la muestra estos botones:
Nos perdonarán en esta página, pero, a mi juicio, el abuso de las «noticias» de James Rodríguez es asfixiante, parece que casi hasta un estornudo del futbolista fuera digno de hacerse artículo. Es que si algo saben bien los medios es que, el fútbol, y en especial la selección Colombia dan muchos clics.
Y si por acá llueve, en la casa del vecino no escampa y tienen goteras en el techo, o si no que alguien me explique de qué diablos se trata esta nota publicada por la época del Mundial (sin entrar en la discusión del machismo ramplón),
o esta artimaña de montarse en la ola de popularidad de Los Simpson y la tragedia del ébola para ganar tráfico.
Es que, según lo que siempre he entendido, los medios tienen como función principal informar, pero en las redes sociales parece que lo han olvidado y se han dedicado a generar más expectativas que una película de Hitchcock, aunque no siempre terminen informando mucho, como es habitual en la estrategia de Twitter de La FM.
Afortunadamente, según Facebook, la idea es limitar este tipo de prácticas en su plataforma (conocida como Click-baiting) enfocadas exclusivamente en generar tráfico a los sitios sin ofrecer siempre un contenido de calidad, acorde a lo que se anuncia o a través de artimañas de fotos cortadas como en este caso:
Pero acá nos podríamos quedar con la fácil perorata de “la alienación a la que estamos sometidos por culpa de los medios de comunicación del establecimiento opresor” pero como todo tiene sus matices, habría que pensar un poco en la responsabilidad que tenemos como lectores o como consumidores de contenidos. Es la historia de siempre, cuando a la gente le preguntan qué quisiera ver en televisión, seguro va a decir, hasta el fin de los días y sin dudar: “más programas culturales y educativos”, pero termina viendo programas que de eso más bien poco y eso lo sabe bien la Negra Candela o Sergio Barbosa. Y para confirmarlo con la prensa, sólo hace falta darse una pasada por los artículos más leídos y más compartidos cada día, para ver lo que más visitas genera.
No se trata de librar a los medios de su evidente responsabilidad con lo que informan, cómo lo informan y la clase de ciudadanía que ayudan a formar, pero también se trata de que desde lo que consumimos nos responsabilicemos de la oferta que nos harán de contenido, pues hay un hecho cierto e irrefutable: los medios de comunicación también son empresas que tienen que generar recursos para poder funcionar, y en la mayoría de los casos generar ganancias para sus dueños, y allí los métodos para lograrlo se vuelven tan flexibles o efectistas como el título de este post. Así que si lo que nos interesa es leer sobre las novias de Maluma, o la pelea de Amparo Grisales con el otro jurado del reality, pues seguramente eso nos darán cada vez más. Creería que una de las mejores formas de obtener buen contenido es consumir buen contenido y cuidar un poco más nuestros clics, porque, aunque no lo creamos, nuestros clics valen.
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