Cuando suenen las campanadas en la Puerta del Sol, la gente se haya tragado sus doce uvas, y el cava esté rebozando en muchas copas, habrá terminado este nefasto año para la capital española y otro nuevo habrá llegado, cerniéndose con malas, malísimas expectativas. Pese a todas las previsiones que apuntan a terribles desgracias de economía y gobierno no contempladas en el calendario Maya, yo quisiera manifestar mis deseos para el Madrid que tanto quiero ahora que llega el 2012.
Si me pongo a pedir…
Quisiera un sistema integrado de bicicletas. Un deseo que a muchos les suena irrealizable, absurdo o incluso más cercano al hippismo que a la realidad de una capital europea. Sin embargo, moverse en bicicleta reduce la contaminación, cuesta poco, es más seguro, ocupa menos espacio y sirve para hacer ejercicio.
Un sistema así para Madrid cuesta unos 50 millones de euros, más o menos lo que se invirtió en tener al Papa y a sus niñatos alborotando durante diez días por Madrid, y menos de la mitad de lo que se gasta la administración en publicidad cada año. Mi sueño es ver en bicicleta incluso a los gordos ejecutivos de corbata que ahora se desplazan con Audi y chofer: en Ámsterdam son igual de neoliberales, pero están delgados gracias al ejercicio. Ver para creer.
Si me pongo a pedir…
Quisiera que se redujera la contaminación. Es un problema que se agudiza mes a mes, agravado porque la actual alcaldesa de Madrid, la inepta Ana Botella, ha venido maquillando los datos desde que es concejala de Medio Ambiente. Presumiblemente, seguirá haciendo oídos sordos a quienes le advierten que el deterioro en la calidad del aire va aumentando. El consuelo de nuestra astuta dirigente es que en otras ciudades la cosa está peor. Menos mal que no la han designado alcaldesa de Calcuta…
Si me pongo a pedir…
Quisiera que hubiera más trabajo en la ciudad. Madrid no es la región de España con más desempleo, gracias a que es el centro neurálgico del gobierno nacional, a que muchas grandes empresas tienen sus sedes aquí, y a que el sector servicios tiene una presencia muy importante. No obstante, se echan en falta medidas desde la administración local para contribuir en la lucha contra el paro. A los políticos locales el tema les suele importar poco, porque (cosa curiosa) sus amigos siempre encuentran trabajo.
Si me pongo a pedir…
Quisiera que hubiera menos dinero para los colegios concertados y más para la escuela pública. En épocas de crisis nunca se debe recortar en educación. Eso es algo que cualquier dirigente político debería tener en claro: la ignorancia sale muy cara. No es un gasto, es una inversión a futuro. En Madrid están reduciendo los profesores de la escuela pública, y están entregando sumas importantes de dinero a colegios que son manejados por la Iglesia católica. Tal vez sea mucho pedir que los políticos que gobiernan, afines al Opus Dei y a los Legionarios de Cristo vayan a cambiar esta postura, pero mayores milagros se han registrado en la mitología cristiana.
Si me pongo a pedir…
Quisiera que los madrileños hicieran menos botellón. Reunirse en grupo a beber en la calle, sin importar las inclemencias del frío o el lugar donde se haga es uno de los pasatiempos favoritos de los jóvenes (y no tan jóvenes) madrileños. Cada cual hace de su gaznate una destilería, si así lo desea, pero estos botellones generan serias molestias para el resto de la población: son tremendamente ruidosos, utilizan cualquier rincón como baño público y son absolutamente incapaces de recoger las ingentes cantidades de basura que generan. Suena a queja de abuelito, pero a nadie le gusta dormir mal por los gritos de esos borrachos que luego te dejan la calle echa un asco y la puerta de tu casa toda meada.
Si me pongo a pedir…
Quisiera que no siguiera subiendo el precio transporte público. El billete de Metro y autobús se incrementó un cincuenta por ciento en 2011 (sorprendentemente, ocurrió después de las elecciones) y la previsión es que el abono de diez viajes suba este año. Si a eso le sumamos los rumores de que quieren privatizar el Metro de la ciudad, la cosa se va poniendo color de hormiga. Al paso que vamos con la crisis, sólo falta que andar en Metro se convierta en un lujo.
Si me pongo a pedir…
Mi último y personal deseo: que mucha más gente pase por este blog y deje sus comentarios, envíe correos, mensajes y sugerencias. Con un año cumplido del blog sigue habiendo quienes, contra cualquier pronóstico, no sólo continúan leyendo estas divagaciones, sino que tienen a bien manifestarlo a través del Facebook, el Twitter o incluso – rareza hoy en día – ¡personalmente y en persona!
Ni me he vuelto famoso ni me piden autógrafos por la calle, pero de cuando en vez aparece un lector desconocido para decirme cuán satisfecho está. Y como he repetido muchas veces, frente a una labor realizada por puro amor al arte, el único pago (y el mejor) vienen siendo esas espontáneas muestras de agradecimiento.
Si me pongo a pedir… ¡Que sea un feliz 2012!
Suscríbete al blog
De cañas por Madrid
Sígueme en Twitter
camiloenmadrid
Entradas anteriores
- Los maravillosos gobernantes de Madrid
- Las elecciones más aburridas del mundo
- Madrid bipolar
- Se hunde el barco
- España sin cuernos
- ¡Soy xenófilo!
- Negritos, indios y chinos
- Juventudes cristianas y curas pedófilos
- La incómoda visita del Papa
- Cerrado por vacaciones
- Los neonazis morenitos
- Vaya, vaya, aquí no hay playa
- La otra Gran Depresión
- Poemas del andamio
- Lo que NO extraño (I)
- ¡No me regañe!
- Una pausa para los agradecimientos
- El nombre propio
- Mijo ¿qué es lo que está pasando allá en España?
- Vender el alma y cerrar los ojos
- Llegó la primavera
- Buscando un equipo de fútbol
- El idioma más hablado del mundo
- Los clavos de la silla de Cristo
- El país al otro lado del espejo
- ¡Groserías, vulgaridades!
- Imagina que tienes 100 millones para hacer una carretera
- Esto de sentirse muy joven
- Traducción traidora
- Coca de Colombia
- La reconquista
- Una «selebrasión» del seseo
- Mi suicidio homeopático
- Un café, por favor
- Piso compartido
- Desde la Puerta del Sol hasta AC/DC
- Trío de Reyes
- Un toque de melancolía
- A ver si hay suerte
- Aprendiendo a callejear
- Me fui para Madrid