La misma enfermedad que nos quitó a Óscar Collazos, se llevó a quien en Argentina era considerado como otro Borges. Los asistentes al Hay Festival de 2014 en Cartagena nos dimos el gusto y el lujo de escucharlo y de disfrutar de su combinación de ingenio y sentido del humor, y eso a pesar de que ya se movía con dificultad y acusaba fatiga.
Ricardo Piglia, tal como su coterráneo Manuel Puig, quedará en las páginas de la crítica literaria como uno de los escritores del post-boom, aquel movimiento o tendencia que fue mucho más incluyente que el boom, y que hizo posible que a la narrativa latinoamericana retornaran la anécdota y el interés por la Historia, dejando de lado el prurito de estar experimentando con el lenguaje. La novela que más hace posible la vinculación de Piglia a dicho movimiento es Respiración artificial, que en Colombia fue publicada por Tercer Mundo en 1993 ( la de Kafka en la portada). Una de sus últimas novelas fue El camino de Ida, publicada por Anagrama hace tres años. De ella ofrezco el siguiente comentario:
Es una estupenda novela que reúne varios géneros, porque tiene de urbana, de académica, de policíaca, de sentimental, de filosófica, pero, sobre todo de psicológica (con fuerte carga de psicología social). La pasantía de un profesor argentino en una universidad gringa, se convierte en una trama amorosa primero, y en una aventura detectivesca después. Acción, descripción y reflexión, como recomendaba Pío Baraja para hacer una buena novela, son características que abundan en estas páginas de escritura precisa, sobria y elegante, pero las dos primeras son desbordadas por la tercera, no tanto por cómo reflexionan los dos personajes principales (el profesor de literatura y el matemático terrorista– no así la profesora que es apenas un nexo o pretexto y rápidamente es «ida» de la trama) sino por la reflexión que ha de suscitar en el lector. Se reflexiona sobre la perversión del mundillo académico (lleno de personas muy inteligentes que suelen tramar venganzas), sobre el lado siniestro del avance científico-tecnológico; la estrategia del sistema penal gringo, de despolitizar cualquier crimen para seguir aparentando orden y conformidad social; los alcances de un convencimiento ideológico (léase enajenación) y sobre dos aspectos foucaultianos: la sociedad de control y la transformación de individuo en sujeto por medio de las «prácticas de sí».
Otras novelas que comportan el invaluable legado del escritor de Adrogué son, La ciudad ausente, Plata quemada y Blanco nocturno. Cualquiera de ellas es suficiente para comprender que su muerte (ocurrida hoy) significa que se fue otro de los grandes.