La “novela” muestra también lo lábiles, mutables y ambiguos que son los sentimientos, y, sobre todo, que siempre le ganan a la razón.
Patricia Lara Salive
Adiós a la guerra
Una Historia breve de los conflictos en Colombia
Planeta
Una obra de importancia capital para entender la tragedia de nuestro país. Si es doloroso y hiere nuestra sensibilidad, no es culpa de la autora, porque, ¿Cómo negar la Historia? El libro, como diría Cortázar, es esencialmente dos libros: El primero es un magnífico recorrido por la Historia de Colombia, desde la Guerra de los Mil días, hasta prácticamente la semana pasada. Un siglo largo de puro cainismo. La narración – descripción (sustentada fehacientemente en los hechos y el prurito de veracidad) es vertiginosa, debido a los dotes para narrar de la autora. Se diría que, más que hacer juicios históricos, le deja al lector todos los elementos para que los haga él mismo. ¿Qué tanta responsabilidad le cabe al Estado en todo lo que ha pasado? ¿De dónde salió el virus que incubó tanta violencia? ¿Qué personajes han pasado agachados para la historiografía?
En la segunda parte, la voz no es la de la Historia sino la de las víctimas, y por eso, desde el punto de vista literario, encaja en el género que distingue la escritura de la Nóbel Svetlana Alexievich (y que en Colombia tiene antecedentes como, Ciudad Bolívar la hoguera de las ilusiones, de Arturo Alape): El coro épico.
Es mérito de Lara dirigir dicho coro, dejar que se escuchen las voces de quienes más derecho tienen a corear su dolor, a gritarlo para que llegue a oídos de todos. ¡Libro valiente y de invaluable valor histórico, literario, y, sobre todo, pedagógico!
Éste es el mar
“¿Qué hacía John Lennon caminando solo sin un guardaespaldas? ¿Por qué nadie había visto a Jim Morrison después de su muerte, por qué alguien tan famoso estaba en tanta soledad? ¿Por qué nadie había buscado a Kurt Cobain en su propia casa y quiénes eran esos amigos que habían entrado y salido los días anteriores, furtivos y misteriosos? ¿Cómo nadie se dio cuenta de que Brian Jones se ahogaba en la piscina? […] ¿Por qué nadie había acompañado a Elvis la última noche si sabían lo frágil que estaba? Todas las muertes parecían fragmentos de un sueño olvidado, sin una explicación verdadera.”