Más que un libro, ‘Estambul’, escrito por la historiadora inglesa Bettany Hughes, es una enciclopedia de esas que encantaban a Borges, como la que compone un personaje del premio Nobel turco en su novela ‘La casa del silencio’; como la que el mismo Pamuk compuso bajo el título: ‘Estambul, ciudad y recuerdos’. Consta de 78 capítulos distribuidos en ocho partes que se extienden con sus mapas y fotografías a lo largo de ochocientas páginas. Bizancio (Byzantium), Constantinopla (Constantinus, por Constantino el Grande), Estambul (islam – bol), tres nombres para la misma ciudad, cuyas mezquitas fueron primero lugares de culto pagano; después iglesias cristianas y, por último templos musulmanes. Ciudad que fue conocida también como Nueva Roma, Nueva Jerusalén o Ciudad Eterna de Alá, que según Hughes, «en sus más de ocho mil años de historia han vivido, trabajado y disfrutado más de 320 generaciones de seres humanos.»

Ya que la comparación con el libro de Pamuk es inevitable, digamos que mientras el de Bettany es producto de una ardua investigación, el de Orhan es producto de la memoria; aquel detenta una gran objetividad, en tanto que el de Pamuk tiene una fuerte carga subjetiva; Hughes realizó un ingente trabajo de campo y Pamuk una arqueología de recuerdos que están en blanco y negro (Bachellard diría que es «una poética de la ensoñación»). Por el contenido, es obvio que los dos libros están emparentados, pero por el enfoque y la técnica el libro de Hughes está más cerca de la ‘Biografía de Jerusalén’, del historiador inglés Simon Sebag (otro monstruo que ha pasado por el Hay Festival). No es gratuito que los dos estén publicados por la misma editorial.

La autora de marras fue una de las estrellas del pasado Hay Festival de Cartagena. Ni para qué hablar de su disertación sustentada con las diapositivas de las mismas imágenes que trae el libro. En cambio sí puedo reproducir, palabra más, palabra menos, la entrevista que me concedió bajo el auspicio del British Council:

Se diría que ella me cumplió una cita a ciegas en la sala de prensa del Hay, a la que llegué (junto con mi hijo como apoyo por si me fallaba mi precario inglés) con media hora de anticipación (pues me parecía mentira) y para la cual le di como señal para que me identificara, una pequeña bandera de Turquía y un ejemplar del libro en mi mano. Acompañada de la representante del British, me saludó con tal amabilidad, se diría mejor alegría, que inmediatamente me dio una confianza enorme. De entrevista en sentido estricto no tuvo mucho, más bien fue una amena conversación que fluyó desde el primer instante, pues le hice saber que mi apasionamiento por Estambul y por su libro, provenían de la obra de mi admirado Pamuk y de una excursión que hice a Turquía. Y no fue sino nombrarle a Pamuk y su libro ‘Estambul, ciudad y recuerdos’, para que me dijera: Orhan Pamuk es una de las razones por las que originalmente me interesé por Estambul.

De ahí en adelante la entrevista fue como sigue:

¿Usted qué piensa sobre el libro de Pamuk, ‘Estambul’?

Hughes: Me encanta su forma de escribir. Su opinión sobre la ciudad es muy particular, y tan personal. Es su Estambul sobre lo que realmente está escribiendo. De veras amo a ese escritor. Mi limpiadora en Inglaterra, que es polaca, ha leído todo lo que él ha escrito.

¿Cómo descubrió su pasión por la Historia?

Hughes: Creo que empezó cuando tenía catorce años. Tenía un profesor brillante y un día en clase proyectó una imagen de la Diosa de las serpientes, de la civilización minoica, de hace más o menos tres mil quinientos años, en Creta. Es un personaje femenino muy fuerte, con los pechos desnudos y está sometiendo a las serpientes. Es una imagen muy poderosa. Y recuerdo que nuestro profesor nos dijo que no se sabía quién era ella. No sabíamos si era una diosa, o una sacerdotisa o una princesa o una devota. Y recuerdo haber pensado: Tenemos que averiguar su historia. Fue cuando reparé en que hay lapsos en la historia que tienen que ser llenados. Pero era muy pasado de moda, y las personas me criticaban diciendo que era algo aburrido. Me preguntaban por qué estaba haciéndolo. Entonces, básicamente, he pasado el resto de mi vida tratando de demostrarles lo contrario a esas personas, que es algo que conecta todas nuestras vidas, y que realmente es la historia de los vivos, no es la historia de los muertos y por lo tanto, ¿cómo no puede uno interesarse en la historia de los vivos?

 Pienso que los mejores historiadores del mundo son británicos, como Simon Sebag Montefiore. ¿Cuál piensa que sea la razón?

Hughes: Creo que se debe a dos razones. Primero, por el hecho de que seamos una isla. Si uno vive en una isla tiene que interesarse por el resto del mundo, porque de lo contrario no sobreviviría. Existe esta idea de que las islas te hacen aislado y estrecho de miras. No creo que esto sea cierto con las islas grandes. En las islas grandes estás obligado a pensar más allá del mar, para realmente aspirar a un desarrollo intelectual, emocional, espiritual. Esa sería una razón. Y la otra razón creo que es porque podemos sentirnos cómodos explorando la historia. Porque, si lo piensas, la última vez que Gran Bretaña fue propiamente invadida fue por los normandos en 1066. Lo que significa que hemos tenido mil años de historia bastante benigna. Hemos tenido bastante suerte con ella. Entonces pienso que sentimos que la historia es algo bueno con lo cual enfrentarnos o involucrarnos. Nuestra Historia no es tan dolorosa como lo es la de otros países. Eso me hace pensar que, inconscientemente, nos acercamos a ella con más interés que con pena. Sin embargo, eso no significa que seamos incapaces de entender su dolor.

¿Lee a algún autor latinoamericano?

Hughes: Principalmente autores de ficción. Afortunadamente, tuve la oportunidad de leer muchos libros porque fui la presidente del premio Man Booker International en 2019, y eso hace que uno tenga que leer más de cuarenta libros. Lo curioso es que la mayoría de autores y libros que leo son sobre mundos de hace más de tres mil y cuatro mil años. Allá es donde está mi cabeza realmente.

¿Qué historiadores latinoamericanos debería conocer? (me preguntó ella), a lo cual le respondí:

Carlos Fuentes, porque es un novelista que está muy conectado con la Historia mexicana y asimismo la española. También William Ospina. Él escribe ensayos, novelas históricas sobre la conquista. Su ámbito para las novelas es la historia, y también es un gran poeta. En seguida le pregunté:

Bettany, ¿qué actividades realizaba mientras escribía este libro? ¿cuánto tiempo le tomó?

Hughes: No puedo escribir historia sin ir al lugar donde haya ocurrido. Encuentro imposible hacer eso. Me tomó diez años escribir este libro. Además, no sé si lo sepa, pero también hago programas de televisión para la BBC y Netflix, entonces no solamente estaba escribiendo en ese tiempo.

¿Qué otras ciudades suscitan su interés tanto como Estambul?

Hughes: Adoro Alejandría. Hay algo especial allá también, y es muy interesante ir hoy en día, porque está en circunstancias bastante tensas por toda la actividad política que hay y los movimientos terroristas por los islamistas extremistas.

Gracias, Bettany, por este pequeño espacio para compartir el entusiasmo sobre Estambul.

Hughes: Cualquiera que comparta mi amor por Estambul es mi amigo.

El abrazo fue inevitable, no sabía ni cómo despedirme de la autora a la que no le cabe un premio ni una distinción más; de la autora que me hizo, con trazos muy grandes, la siguiente dedicatoria en mi ejemplar de su libro: For Jorge Iván, who also loves Istambul. Thank you for your passion. Bettany Hughes.

 

Registro fotográfico, traducción y apoyo en edición: Alejandro Parra G.