Como en muy pocos asuntos y sin importar desde que moral o cultura hayamos llegado a este calificativo, la humanidad entera está de acuerdo en que matar es una acción mala. Tenemos muy pocas excepciones que nos disculpan el cometer este acto ante la sociedad y hoy en día es verdad de a puño que la vida es sagrada, como predica Mockus, sin importar raza, cultura o religión.
La banalización de la muerte a la que hemos llegado en Colombia con esta guerra —una de esas excepciones— en la que hemos crecido, no nos blinda de que el pedido de Corte Suprema para reglamentar la eutanasia, eufemismo usado para evitar usar el vocablo matar en el intento de evitar sufrimiento nos lleve a una nueva, o la misma (?), polarización del país.
Joseph Fletcher, hizo una lista con los elementos que nos ayudaría a determinar la ‘condición humana’: conocimiento y control de uno mismo, sentido de futuro, sentido del pasado, capacidad de relacionarse con otros, preocupación por los demás, comunicación y curiosidad. Poseerlas y cultivarlas nos califican como ‘persona’ más allá del simple hecho afortunado de pertenecer a esta especie.
¿Es que la ley que regula la eutanasia es una imposición para todos? Ni Dios lo quiera. Se le aclara a la audiencia que si una familia o una persona no quiere acceder a la buena muerte, nadie la obligará. En cambio sí sería una muestra de caridad cristiana detener el sufrimiento inútil que supone seguir vivo cuando no es posible sobrellevar una enfermedad y tampoco hay una solución el el horizonte cercano. Ni hablar del ahorro en términos de sufrimiento para los que tenemos que acompañar al afligido. O monetarios: que para todo el sistema de salud supone la desconexión de estos seres que dejaron de cumplir con los preceptos enunciados arriba y definirse como ‘personas’. La traducción del griego de eutanasia a buena muerte es en estos casos cabal.
Insisto: no es obligatorio para los no la quieran. Realidad que no supone un óbice para que los creyentes nos quieran imponer su moral y su visión del mundo. Los creyentes no cesan en su intensión de arrastrarnos a vivir y a morir como ellos dicen que lo hacen (!). Ello a pesar de la escasa evidencia de éxito en la tarea y de los siglos que se han tomado en aceptar sus fracasos.
Es entendible que si el Dios al que le sos devoto no encontró mejor forma de salvar a una humanidad pecadora que la de enviarnos a su propio hijo para sufrir una de las peores y más inhumanas maneras de morir, tenga entre sus pilares el dolor en tanto que representa una manera de purificarse en la tierra antes de la llegada al Padre en el cielo. ¿Qué pasa si mi familia y yo no profesamos esa fe?, ¿y si a pesar de ello no se quiere vivir ese cáliz? Según la cristiandad, a morder un cable y pagar por los pecados. No hay reciprocidad en el respeto al libre albedrío.
Pertenecer a esta especie no significa que esté garantizada nuestra vida. Eso es apenas un cuento, sino preguntémosle a los Wayuu por sus niños; sin embargo, la tara que le debemos al cristianismo es la de suponer la vida humana como divina en tanto hijos del creador y hechos a su imagen y semejanza. Entonces, cualquier manera en las que se pretenda acabar con ella llega a ser un atentado contra Él: una forma de truncar su voluntad.
Por extraño que parezca, la voluntad de Dios no se ve afectada si por medios artificiales retenemos a ese ser en este mundo en lugar de dejarlo ir a gozar de su presencia. No sobra mencionar el apoyo que la religión ha dado para que lleguemos a estos avances en la tecnología médica (!). Nomás mirar su posición en cuanto a la investigación en células madre y recordamos su proceder histórico.
Eso sí, apenas lleguemos a nuevas fronteras para conservar la vida, aquellos que se oponían ahora tengan a bien estas nuevas herramientas. Como siempre, y además nos amenazan como sociedad a que si no hacemos como ellos quieren cierran sus hospitales. Hasta ahí les llega su amor al prójimo.
Ve, ¿y cómo más podría ser Dios sino como nosotros?
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si es una solución, por que personas como usted que goza viendo sufrir y morir despacio; y los médicos y clínicas sacando le hasta el ultimo centavo a los familiares
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POr favor Sra. Gloria, ¿de dónde saca usted que yo gozo viendo sufrir y morir despacio? Le pido amablemente que relea la entrada en donde mi punto es que por caridad se debe efectuar la eutanasia a personas que pasen por sufrimientos de una muerte lenta.
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Si el paciente tiene derecho a la eutanasia y al aborto… El médico podrá decir q él tiene derecho a no aplicarlo?? Habrá clínicas de garaje para la eutanasia? Asi como las hay para todo??
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Seguramente habrá profesionales que debido a su fe no accedan a realizar dichos procedimientos; pero seguro que habrá otros a los que se pueda acudir en caso de necesidad. No tengo ni idea si habrá clínicas de garaje, espero que la reglamentación sirva para que no.
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«Matemos por caridad, abortemos por comodidad, robemos por solidaridad, secuestremos porq no es delito, ni es delito poner bombas ni minas, y narcotráfico tampoco.»… Este gobierno modernizo al pais y tiró la etica y la moral a la basura..
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La eutanasia y el aborto son un asunto. Robar, secuestrar, poner bombas, minas son otro que es delito en todas partes y el narcotráfico es delito hoy en Colombia, pero dejará de serlo tarde o temprano como lo es la venta de tabaco, que fue delito, y de licor, que también lo fue. La Ética no la determina el gobierno sino cada uno de los habitantes del país. Si su moral no le permite abortar, no lo haga; si su moral no le permite recibir la eutanasia, no acuda a ella. Solo deje a los demás hacer lo que ellos crean conveniente es estos dos casos.
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Comentarios finales a la amable respuesta número (5).
Don Juan Carlos, como creyente recibo siempre con beneplácito las críticas en contra de mi fe cuando estas están enmarcadas en el respeto y en la sana intención de dialogar. Es una pena que lo anterior no sea la regla sino la excepción.
Le respondo en el orden de su nota:
Me pareció tímida la nota a favor de la eutanasia pues no hallé en esta una propuesta positiva favor de la “buena muerte” aparte de una apelación al *libre albedrío*. Lo demás es puramente una queja contra el cristianismo. En ese sentido, leí el blog y lo entendí como lo último escudado en lo primero.
Con excepción de regímenes teocráticos como los que propone ISIS en Iraq o los que subsisten en Irán y otros países árabes, o en estados anti-teístas como la extinta URSS o Corea del Norte, es prácticamente imposible proponer *legalmente*una imposición moral sobre algo. El cristianismo no busca la imposición forzada de un determinado código de valores morales sino que afirma la superioridad ética de la una ley natural que se cree es dada por Dios; de la misma manera, el teísta afirma una justificación epistémica (que creemos es mucho más robusta) para juzgar que es bueno o que es malo. Lo interesante es observar como el ateo—o el agnóstico si se es más responsable intelectualmente—indirectamente propone, quizás sin percatarse, “su” sistema de valoración naturalista como superior a cualquier otro. El problema no es proponer uno como mejor que otro, sino asumir que solo el teísta es aquel que aboga por un sistema de valores único.
Aprecio y celebro su honestidad intelectual al mencionar que no posee argumento teológico para soportar su queja inicial contra el modo de redención empleado por Dios de acuerdo a la tradición histórica del cristianismo bíblico. Su pregunta, no obstante, es válida y merece una respuesta, así sea breve y por ende quizás incompleta. En breve, creo que un simple “los perdono hijos imperfectos míos” es una imposibilidad moral para Dios. Me explico, si usted vuelve a mi pregunta original notará que incluí estas palabras, “consistente con su [Dios] naturaleza”. Las palabras entre comillas no eran un adorno retórico sino una limitación esencial que constriñe la respuesta a una comprensión de la esencia natural de Dios, en este caso particularmente me refería al atributo de santidad (y por derivación justicia). Un ser perfectamente santo no puede, si pretende mantener su santidad perfecta, omitir el justo castigo que acarrea una transgresión contra su integridad esencial. El castigo entonces es ejecutado contra la persona de Cristo, quien funge como (1) substituto perfecto para aplacar la justa ira de Dios y (2) como representante perfecto de la raza humana. (1) y (2) establecen la base para la redención del pecador.
Es cierto, la Biblia se refiere a Dios como Padre (aunque también lo hace como Hijo, y como Espíritu Santo). Pero creo que la objeción de Juan Carlos no es precisamente contra la identificación de Dios como “Padre” sino contra lo que la caracterización implica, es decir, soberanía y autonomía sobre la creación. Para Juan Carlos resulta inadmisible la idea de que un ser inmaterial sea quien dicte que es bueno y que es malo moralmente; en su lugar, se infiere, cada uno debe ser quien, de acuerdo a su *libre albedrío*, dicte su propia ley moral. En otras palabras, el Dios del cristianismo debe ser rechazado y reemplazado por el dios del secularismo: ¡yo!
Juan Carlos, yo creo que llegara el momento en medio de esta revolución moral en la que vivimos en la que aquellos (pocos quizás) que “maniatados” en sus consciencias pretendan ser consistentes con su fe necesitaran la voz en alto de aquellos que hoy hablan de “no a la imposición, si al libre albedrio”, ¿no?
Usted escribió indirectamente que la voluntad de Dios puede ser truncada, yo solo respondí que últimamente la voluntad de Dios siempre permanece. Ahora Juan Carlos no comenta nada sobre el tema sino que da un salto triple y pasa a cuestionar la existencia de Dios, procede a señalar las aparentes contradicciones en los evangelios, y por supuesto apela a las alegadas similitudes entre la narrativa cristiana y ciertas tradiciones del paganismo. Tres temas relacionados pero independientes: la existencia de Dios, la integridad de las Escrituras, y el origen del cristianismo.
Me encantaría abordar cada uno de los temas propuestos, pero por ahora me planto. Creo que sus lectores están más interesados en leer su opinión sobre la eutanasia que mi defensa del cristianismo. No obstante, si usted le interesa podemos debatir el tema privadamente via e-mail o algo así.
Muchas gracias por su tiempo y atención.
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Su respuesta es excelente y me pone a pensar. Le agrego que me pone feliz, porque quiero que el blog llegue a eso. Por lo que leo en su respuesta es Vd. una persona instruida y decir que La moral secular es la del libre albedrío es reduccionista al extremo. Vd. sabe que va mucho más allá de eso. ¿De verdad Vd. no se puede imaginar que haya personas moralmente buenas sin pertenecer a una Religión?, ¿es más sin ser cristianas? Y es claro que no se puede imponer una visión Moral, pero sí se puede tratar de hacerlo. En este caso de la eutanasia en Colombia, la iglesia habla de cerrar sus hospitales… Muy poco presentable. Casi como, «si voy perdiendo el partido me llevo el balón».
Otros asuntos que brevemente quisiera contestarle acá. Un Dios que está sometido, que es esclavo de debilidades humanas como la ira, para mí es una muestra de que Él es simplemente una invención humana. Igual, por eso tiene nuestro rostro y nunca no lo hemos imaginado como un alienígena. El otro, estos tres temas: la existencia de Dios, la integridad de las Escrituras, y el origen del cristianismo. No están separados en tanto que el origen del cristianismo va de la mano con la misma integridad de las escrituras y la demostración de la existencia de Dios que los cristianos dan.
Con mucho gusto podemos seguir debatiendo, porque siempre es bueno y estas ‘peleas’ me gustan. Mi email elmohan@me.com
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Es entendible que algunas personas deseen morir dignamente. Lo que no resulta entendible es que se pretenda que los médicos deban realizar el procedimiento que lleve a la muerte…. O es que acaso las sentencias a pena de muerte son ejecutadas por médicos?
Cualquier galeno puede objetar en su conciencia que no fue a la academia para aprender a ser un verdugo.
Ya veremos acciones de tutela y médicos amenazados con ir a la carcel por abstenerse a llevar a la muerte a su paciente.
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De seguro que habrá médicos que nos puedan ayudar en ese trance.
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Interesante nota, entendiendo que se trata esencialmente de una crítica secular al cristianismo disfrazada de una tímida defensa de la eutanasia.
Teológicamente habrían muchas preguntas al bloguero sobre el contenido de su columna, por ejemplo, entre varias, ¿qué otra manera (consistente con su naturaleza) pudo Dios haber empleado para redimir su iglesia aparte del acto de la encarnación de la Segunda Persona de la Trinidad y del sacrificio vicario de Cristo? ¿Exactamente en qué consisten los fracaso del cristianismo con respecto a la dignificación de la vida en todos sus estadios?
La nota también revela cierta candidez en otros temas. Por ejemplo, en su afán por mostrar que la opción de la eutanasia es solo eso, una opción, el bloguero no menciona nada respecto a los derechos del personal médico que opte (por razones de conciencia) por abstenerse de practicar la eutanasia. ¿Escribira el bloguero a favor o en contra del médico o la enfermera que se niege a practicar la «buena muerte»? Al leer esta nota, uno se imagina que lo haría, pero luego uno lee en la reseña bibliográfica que «[m]i principal derecho: contradecirme», y viene entonces la duda.
Dos comentarios (que reconozco demandan mucho más que un par de frases) finales: (1) la revelación escrita afirma que últimamente es imposible truncar la voluntad de Dios; (2) Dios no depende para su existencia de nada distinto a su propio ser; El es auto-subsistente. De pronto es que El Mohan habla de otro dios y de otro cristianismo. Uno nunca sabe estos dias.
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Muchas gracias Julian por su lectura y sus preguntas. Es más que agradable leerla. No es una tímida defensa a la eutanasia en tanto que la considero una salida viable cuando un ser humano se vea en ese dilema y también es una crítica al cristianismo en cuanto a su oposición de imponernos su moral.
Teológicamente no puedo soportar sus preguntas. Solo como simple humano supongo que habría más formas de perdonar. ¿Que tal un simple «los perdono hijos imperfetos míos? Como hablamos de creencias, para mí, el cristianismo (como cualquier otra religión) no lo hace porque se dedica a tratarnos como niños que necesitan un Padre que les diga cómo, cuándo y qué hacer.
De seguro habrá enfermeras y médicos cuya conciencia esté maniatada por la fe que profesan. No hay necesidad de escribir a favor o contra de ellos y de seguro que habrá profesionales que a pesar de su fe lo pueden interpretar de su fe. Asumo que también, como Vd. lo dice, en los días que corren, habrá médicos no creyentes.
Si la voluntad de Dios no se puede truncar, es su creencia y no hay hasta ahora ninguna prueba de Él exista o no. Así que yo me quedo con el que no existe. No creo en todos esos cuentos de los evangelios que entre ellos mismos hay contradicciones. Así, pues, otro dios, dioses, todos los mismos. Como los mismos mitos antiguos en los que se basa el mito de Jesús.
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Es una decision tan personal y dependiendo de circunstancias de dolor y sufrimiento, que no entiendo cual es el escandalo que arman. No es una obligacion tomarla y mas bien hay quienes pretenden obligar a las personas pacientes terminales a sufrir inmisericoredemente junto a sus familias hasta que la muerte llegue. No le veo sentido a eso, y aclaro que soy persona creyente y de mucha fe.
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Exactamente. Un amigo me dijo que esa era la función de la iglesia, la de ser conservadora, pero qué flaco favor nos hace en estos casos cuando pide seguir cargando con pesos inútiles.
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Es para los que quieren. Una decisión.
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