Para muchos colombianos que todavía no te conocen les podrías contar un poco de ti ¿Quién es el creador de Chamaeleo? ¿Dónde estudiaste? Soy Rob Chamaeleo, tengo 24 años y estudié en el Instituto Marangoni de Milán y París. Me he obsesionado con la fusión moda-arte bajo corrientes conceptuales desde los 15 años. Desde entonces me he dedicado a aprender y a proyectar, trabajando en Chamaeleo y en Gianfranco Ferré en ese transcurso de 9 años. Ahora me dedico más que todo a Chamaeleo, pero también manejo un estudio de diseño gráfico para varias compañías, y también soy profesor de diseño de modas en la Universidad Creativa.
¿Cómo y cuándo empiezas en el mundo de la moda?
En realidad cuando vivía en Costa Rica durante mi vida colegial, yo detestaba la moda y todo lo que acontecía de ella. Yo ignoraba la moda porque mi vida de estudiante en colegio privado me la había dibujado superficialmente y como una muestra clasista y elitista. Eran Louis Vuitton, Tiffany y Dolce& Gabbana solamente por el precio que ello implicaba, y sin ningún valor más profundo. Yo no conocía todo el contexto artístico y el esfuerzo que había detrás de esas marcas. Durante mi año de intercambio en Italia, a los quince, viajé a Milan una sola vez y vi la tienda de Alexander McQueen. Quedé asombrado con el traje que estaba exhibido en la vitrina. Era la moda como nunca la había visto antes, como nunca la había percibido antes. Fue ver la moda a través de las manos de un escultor, un maestro, y no como producto de consumo masivo.¡Lo que estaba viendo era arte y drama!
A los 15 años empezó el interés proactivo por la moda, toda la vida me había interesado el humano como personaje, y la posibilidad de tener alter egos. Eso se dio porque estudié teatro desde que era muy pequeño. El vestuario es la mejor forma de mostrar una personalidad del otro lado de la calle, sin palabras ni gestos; es la piel de la personalidad. Amo el hecho que tengamos la oportunidad de mostrar nuestra personalidad con una piel construida.
¿A qué tipo de personas buscas llegar con tus diseños?
Más que personas “fuertes,” ya que es una palabra sobre-usada al definir una clientela, mi meta es vender a personas excéntricas, imponentes, e inteligentes. Siendo así me parece que “líderes” sería un buen sustantivo para definirlos: gente que tenga la iniciativa de encontrar corrientes innovadoras en la moda, y que tengan el valor de vestirlas para esparcir las propuestas. La valentía es imperativa para un usuario Chamaeleo: lo menos que se puede ser es cobarde.
¿Cómo influye la escena de la moda internacional en tu trabajo ?
Yo no diría que Chamaeleo es una marca “en tendencia,” y por ende no es influida directamente por ninguna moda pre-existente. Lo que busco hacer con Chamaeleo es inventar tendencias en base a los cambios que observo en la sociedad. La moda se hace para acomodarse a los nuevos aires religiosos, políticos, filosóficos, etc. que los diseñadores vemos en el mundo. Siendo ahora más globalizados, muchos de éstos cambios se sienten en Milán, como en Costa Rica, como en París, como en Beijing. Por eso mismo puede ser que lo que yo proyecte en mis prendas coincida con las modas que se crean en cualquier otro país, pero no sea influido por ellas.
¿Platícanos de tú última colección que presentaste en San José Fashion Week?
La última colección que presenté en el San José Fashion Week se llama “Chapuí” y trata la decadencia de la niñez a la juventud por medio de siluetas y colores rave que fueron tomados de los años noventa. Mucho de esto alude a la nostalgia de la Generación Y y Z que ahora está tan difundida en la web. Chapuí es el nombre de un centro psiquiátrico en Costa Rica. Usé ésta referencia de manicomio porque hay muchos niños que al hacer la transición a la juventud se inundan en el alcohol, las fiestas, los malos amores, y pueden terminar delirando.
¿Cómo fue el proceso para definir el tema de esta colección?
Siempre baso las colecciones en algo negativo que siento que está ocurriendo en la actualidad. Me parece que ésta nostalgia a los noventa se estaba plasmando de forma destructiva en la web; casi separando a los de la Generación Y de la Z bajo dogmas de superioridad. Los de la generación Y (la mía) sienten que tuvieron una niñez más rica y pura que los nuevos “niños,” pero no se dan cuenta que no es así: que la nostalgia es un mal crónico que se apoya en memorias entusiastas y reprime las caídas. Es un sentimiento un tanto hipster y arrogante, el cual tristemente no demuestra el nivel de madurez que deberíamos de tener. “Chapuí” me sirvió de canal para transmitir ese mensaje.
¿Qué materiales utilizaste?
Utilicé latex, cuero, neopreno, chiffon, y denim.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
Me encanta que está conectado a todo. En una búsqueda para comenzar una colección, uno puede tomar inspiración de cualquier cosa, y ese aspecto lo convierte a uno en una persona culta y completa: la búsqueda por inspiración es infinita. Puede donar cualquier tipo de satisfacción. El diseño de modas es una carrera muy completa si uno la explota como tal.
¿Con qué celebridades has trabajado?
Apenas llevo año y medio desde que la marca se empezó a dar a conocer comercialmente, y espero que con más tiempo se pueda llegar a crecer más en relación con celebridades. He trabajado con varios bloggers además de Leonora Jiménez, Birte Glang (actriz alemana) y Tisca Chopra (actriz de Bollywood). Tisca usó un vestido de nuestra colección SS2016 como anfitriona de los Image Fashion Awards, reconocidos premios de moda en Bollywood.
¿Cómo describes tu estilo?
Mi estilo estético cambia mucho dependiendo del concepto. Siento que el comprador Chamaeleo reconoce la prenda Chamaeleo por la vibra que exuda; siempre se siente la vibra de la inspiración. La inspiración de mi trabajo la busco en cualquier fuente que me llame la atención siempre y cuando sea trágica o grotesca. Lo considero el factor de desafío dentro de mi modus operandi. Puede ser una película de Darío Argento, una obra de Bogna Burska, una pintura de Nicola Samori, un conflicto en Sudan, o simplemente una “deformación” de algún ser humano. Amo el romance entre los opuestos. Me parece que las cosas que se desafían son las cosas más honestas. Trato de buscar inspiración en las cosas más grotescas y negativas porque de ahí surgen las prendas más placenteras y románticas. La belleza se puede encontrar en cualquier lado; todo ha sido obra de Dios. Mi inspiración y estilo surgen en la búsqueda de esa luz. El cliente tiene que saber que la prenda no es solo una construcción de tela, y que el río de ideas fluyen de un cauce conceptual.
¿El diseñador nace o se hace?
Un poco de los dos, y por eso es difícil poder establecerse como diseñador. La fuerza, capacidad mental y la energía son necesarios como aspectos físicos que vienen desde el nacimiento. Hay que mantener gran compostura ante dificultades y nunca caer en la letargia ya que es un trabajo muy arduo; de mucho esfuerzo. Eso conecta también al “se hace.” El buen gusto y la técnica son bienes adquiridos con el aprendizaje y la práctica. Muchos del contexto social, la personas que rodean al diseñador, también influyen en el “que tan bueno” se pueda hacer el diseñador, pero con el internet es más fácil accesar a los gustos globales y más educados, donde el contexto inmediato no es tirano.
¿En dónde te podemos encontrar y cuáles son tus próximos planes?
Me pueden encontrar en mis redes sociales y espero internacionalizarme.
Por Molén Antolín (@mousi)
Fotos cortesía de Chamaeleo
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