Molén: ¡Hola! Una disculpa por no haber publicado el sábado pasado, ya que estuve de vacaciones y muchas gracias por sus mensajes y emails solicitando que hablemos de violencia hacia las mujeres y le agradezco a la Psicóloga Norma Lujan por hablarnos del tema.
Norma: ¡Hola! La violencia hacia la mujer tiene que ver con lograr la desvalorización de ella y materializar la misma, es decir, hacerla sentir menos. Para esto, se puede hacer de varias formas, es decir existen muchos tipos de violencia, éstas pueden ser: la violencia física a base de golpes, los cuales muchas veces pueden ser brutales; la violencia social, en donde la pareja las aleja de sus amigos y familiares, es decir, generarle a la pareja cierto bloqueo social respecto a las relaciones sociales y por último la violencia psicológica, basada en injurias, descalificaciones, ridiculización, los desprecios, insultos, amenazas.
Es decir, los hombres la utilizan como una forma de disciplinar a la mujer, ya que muchas veces son por hombres con muy baja autoestima, y con problemas que han tenido desde la infancia, por sentirse incómodos ante la mujer, y por eso es necesario rebajarla todo el tiempo, para que entonces ellos se sientan por arriba de ella.
Es por esto, que los hombres violentos en cualquiera de los tres tipos, es difícil que cambien, y que como es un problema de estructura, muchas veces fuera de su alcance, cuando se les pasa la furia, finalmente se sienten culpables, y la víctima termina aceptándolo y es el cuento de nunca acabar. A menos que acabe por completo con la autoestima, la dignidad o hasta la vida de la mujer.
Y es que muchas veces, este es el final debido a lo que en psicología llamamos síndrome de la mujer maltratada, definido por Walker y Dutton como una adaptación a la situación aversiva caracterizada por el incremento de la habilidad de la persona para afrontar los estímulos adversos y minimizar el dolor, además de presentar distorsiones cognitivas, como la minimización, negación o disociación; por el cambio en la forma de verse a sí mismas, a los demás y al mundo.
Es entonces que la mujer se empieza a creer que es poca cosa, que es inútil y que se merece que la traten de esa forma, porque se lo merece. La violencia a veces, surte un efecto inverso, y la pareja se encadena por culpa y se convierte en masoquista, y a la vez sádica, terminando violentando si no a la pareja, a los hijos, ya que con ellos se puede desquitar. Lo cual termina en un infierno.
Aceptar vivir en violencia, no solo te afecta a ti sino a toda tu familia, y si te quedas pensado que es por amor a tu pareja, no es cierto, sino lo que te mueve es el miedo porque tu pareja te ha destruido tanto, que sientes que no vas a poder hacer nada sin él.
Por eso, yo les pido a todas las mujeres que han sido o son maltratadas que busquen ayuda, tanto el gobierno como la ayuda privada, están capacitados para ayudarte, porque desde afuera podemos entender lo que vives, es importante que entiendas que no estás sola, pero que sobre todo, no lo puedes tratar sola, ya que la violencia, genera alteraciones psicológicas, que solo un especialista te puede ayudar.
Norma: Les mando un abrazo y espero y les hayan ayudado mis palabras.
Molén: Gracias Norma! y lo invito a que nos sigan en nuestras redes sociales y nos contacten por si tienen alguna duda o sugerencia.
Foto cortesía de Norma Lujan
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