Directora Digital de Harper’s Bazaar españa y Elle españa, autora de Cómo no ser una drama mamá: platicó conmigo y esto fue lo que me dijo:
Platícanos un poco de ti, ¿Quién es Amaya Ascunce? ¿Qué estudiaste y dónde?
Estudié Periodismo en la Universidad de Navarra y me vine a Madrid a estudiar Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, como un hobby, no pensaba en mi carrera si no que era el momento de hacer que me gustara mucho aunque no fuera a tener una utilidad. Fue todo un lujo dedicar tres años a eso aunque ya empecé a colaborar como periodista.
¿Cuál fue tu primer trabajo?
Una beca El Mundo en la delegación del País Vasco, en Vitoria. Aprendí mucho. En periódicos, y más locales te toca hacer de todo.
¿Cómo es que llegas a Harper’s Bazaar España y Elle España?
Lo mío es amor por internet. Me encanta el medio. Trabaja en Hachette en un equipo de coordinación de redacciones digitales y me propusieron venir a ELLE. Harper’s Bazaar llegó más tarde y me ha permitido hacer cosas muy distintas a pesar de que sean dos cabeceras que se parecen a priori.
¿Cómo es el proceso de selección para cada artículo, que hace una Directora Digital?
Pues como los equipos digitales son pequeños hacemos de todo. Desde dirigir las reuniones semanales de planificación de temas, trazar líneas editoriales para crecer hasta escribir una noticia, y menos mal, porque a mí lo que me gusta es escribir. Mucha analítica, y observar qué hace la competencia y algo de relaciones públicas aunque, siendo sincera, es la parte que menos me gusta.
¿Cómo surge la idea de Cómo no ser una drama mamá?
La idea surge de escuchar a mi madre y sus letanías… Y quería escribir, tener un blog a mi aire fuera del trabajo. Así que después de un día me dijera una de sus frases por teléfono me decidí a escribir un libro con todos esos consejos absurdos como: si duermes con el pelo mojado te va a dar un aire, si martita se tira por una ventana tú detrás, coge una chaqueta por si acaso… ¡Y resulta que la mitad de España ha recibido los mismos consejos!
¿Nos podrías platicar alguna anécdota de cómo no ser una drama mamá?
¿Una? Imposible, he necesitado dos libros y mi madre todavía me sigue diciendo que me retire el pelo de la cara y coja una chaqueta por si acaso. Tengo para otros dos libros así que sólo una es imposible. Además que si algo tiene una drama mamá es carrete, se puede tirar horas regañándome… No tienes espacio en una entrevista para todo lo que tiene que opinar mi madre acerca por ejemplo, de mi peinado, algo que le preocupa en exceso.
¿Cómo fue el proceso de creación de tu segundo libro «En la Cocina con la drama mamá?
Pues fue un poco especial. La editorial, después del éxito del primero, quería otro. Y yo no lo veía claro y así mismo lo cuento en el libro. Este es un fragmento porque la gracia del libro es que habla sobre el proceso en sí mismo de escribirlo mientras aprendía a cocinar con mi madre:
“Un día abrí un blog metiéndome con mi madre, luego Planeta me publicó un libro, el libro se vendió muy bien y mi editora me propuso hacer un libro de recetas de mi madre. Yo me atraganté, me meé de la risa, y le dije que lo único que teníamos en común una cocina y yo es que las dos existimos en el mundo. Nada más. Por Dios, si a veces me cuesta saber cuál es el cuchillo y cuál el tenedor. El caso es que mientras mi libro se vendía y Planeta me animaba a escribir la segunda parte de la drama mamá, empecé a pensar que era una gran idea. No la de escribir un libro de recetas, ésa no. Para eso hay que ser experto. Bueno, igual con saber no echar vinagre a la sartén cuando no toca vale… El caso es que pensé que podía ser un recuerdo maravilloso: que mi madre me enseñara a cocinar de verdad y contarlo. Tener un proyecto juntas. Que ella eligiera las recetas de un mes. Y yo las escribiría después de haberlas cocinado al menos una vez. Pensé que era una afortunada porque, yo no sé si aprendería a freír un huevo, pero iba a tener un libro para mi madre y para mí, para nosotras solitas. Íbamos a tener un plan y un proyecto juntas. Cada vez que yo fuera a su casa, o ella viniera a Madrid, yo tenía que aprender una receta. Íbamos a tener la mejor excusa del mundo para reírnos, y una editorial la iba a encuadernar, le iba a poner tapas, y en la Biblioteca Nacional tendría un volumen de cuando mi madre, la drama mamá, me enseñaba que el aceite justo para un gazpacho es la clave para que salga rico. Y me iban a pagar por eso. La leche”. Así fue.
¿Qué características posee una mamá exitosa?
No soy madre, sólo hablo desde el punto de vista de un hija pero me imagino que las mismas que cualquier persona: algo de talento, un poco de trabajo y otro poco de suerte.
¿Si podrías regresar el tiempo harias algo diferente en tu carrera?
Si tuviera que estudiar ahora (en 2016) Periodismo no lo haría. Actualmente me parece muy complicado comenzar una carrera y poder tener algún tipo de estabilidad económica con el periodismo en España. Quizás optaría por especializarme en una temática que me gustara mucho y luego haría un máster en Comunicación digital así tienes dos cosas a las que dedicarte si el Periodismo no te llega a funcionar.
¿No has pensado en escribir un tercer libro?
Lo tengo casi terminado, pero ahora me tengo que atrever a publicarlo y terminarlo. Lo de los libros lo vivo como un hobby y no quiero que me suponga ninguna presión. Tiene que ser algo divertido.
¿En dónde te podemos encontrar y cuáles son tus próximos planes?
Mis próximos planes siempre son los mismos: escribir un Harry Potter, hacerme millonaria e irme a vivir a una playa a escribir la saga. Mientras llega ese golpe de suerte estaré por Madrid con un trabajo divertido del que es complicado aburrirse.
Fotos cortesía de Amaya Ascunce . Fotografía de Patricia Gallego y Pedro Zozaya
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