Y sí, hoy pasaron cosas. Como es natural, la primera etapa que imponía reales dificultades en este Tour 2016 trajo consigo detalles que empiezan a aclarar el libreto general de la carrera, sin perjuicio de que aún quedan muchos cabos por atar. Como el buen vino, que una vez vertido en la copa empieza a reaccionar de a poco al oxígeno que lo envuelve, la grand bouclé nos ha dejado, por ahora, pinceladas de la buena obra que espera verse en el lienzo final.

El macizo central es uno de los escenarios principales de “El Perfume”, la magistral obra de Patrick Suskind. Allí, el particular Jean-Baptiste Grenouille busca alejarse de una humanidad que lo rechazó sin piedad por su particular apariencia y temida condición. De allí -en medio de naturaleza virgen y silencios sepulcrales- el pobre Grenouille saldría fortalecido hacia París, donde se volvería famoso por su genialidad con la creación de fragancias y la comisión de horrendos crímenes.

En este caso, la magnificencia del paisaje del macizo de Auvernia no sirvió para que un hombre solitario ahondara en sus complejidades identitarias, pero sí para que los 198 pedalistas que aún quedan en competencia empezaran a enfrentar sus miedos y debilidades, de cara a la dureza que se les planteará en las etapas por venir. Y es que luego de tantos meses de preparación, éste era el momento indicado para que las piernas dijeran, a lo Murakami, “estamos listas para servirte con suficiencia, así que dile a tus pulmones que ni les ocurra fallar.”

Y bajo este escenario, esto fue lo que sucedió. La primera fuga próspera, con un Greg Van Avermaet corriendo como si se tratara de una clásica en su natal Bélgica. A pesar de no ser un escalador puro, corrió con suficiencia y alzó los brazos en Le Liorán luego de superar los temidos pasos montañosos Peyrol y Perthus. Nuevo líder del Tour, y quién sabe hasta cuándo. El antiguo líder, Peter Sagan, se relajó porque entiende que este terreno no es el suyo, y dio paso a los que realmente van a luchar por el triunfo final en los Campos Elíseos.

De otro lado, Quintana y Froome avanzaron con suficiencia en la lucha por el título, gracias a la ayuda de sus potentes escuadras Movistar y Sky. Muy cerca estuvieron Aru, Bardet, Porte, Martin y Van Garederen, quienes muestran que están en buena forma y listos para entrar al juego de la clasificación general individual. Interesantísimo lo de Sergio Luis Henao, quien llegó en el lote de los mejores, y es con claridad el mejor escudero del británico.

La otra cara de la moneda la vivió Contador, quien sigue afectado por las caídas de los primeros días y se antoja como uno de los primeros damnificados de las inclemencias de la ronda francesa. Igualmente, Pinot y Nibali – ¡que perdió 13 minutos! – se vieron justos de fuerza, y pareciera que no van a poder reeditar sus actuaciones de años precedentes.

La etapa de mañana será una de las últimas oportunidades para los embaladores de mostrar su poderío en el terreno plano. Si bien se corre en terreno quebrado, la tendencia será el descenso en los últimos kilómetros, de modo que habrá tiempo para guardar energías antes del arribo de los Pirineos el viernes.

Nos “vemos” mañana con más Desmarcando la Ruta del Tour.

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