A diferencia de mis otros posts, donde estoy lleno de afirmaciones que algunos aman y otros odian,
esta vez preferí mostrar varias fotos tomadas durante los últimos siete años (y un par tomadas por otra gente) y dejarles a ustedes la
decisión de responder al título de este post.
Yo voy todos los años a Washington, todos los eneros. Allá me abastezco de los libros que voy a leer
(o amontonar) durante el año, me desabastezco de sueño y me trato de abastecer de trabajo para el
año que viene. Y después de ir allá casi todos los años desde el 2006, sigo sin poder
tomar la decisión de si van despacio o no.
Para empezar casi respondiendo que no, están las caravanas presidenciales, que a veces pasan por ahí
como bólidos y uno se acuerda de Bogotá. O, más bien, de una de las escenas más odiosas de Bogotá, en
que el tráfico de todos para por el movimiento de uno solo, cuyo tiempo se juzga más valioso que el
de los que se detienen.
Pero sigo con otros temas menos aburridos y menos denigrantes que el de la condición vial, y voy a
hablar de cosas bonitas (y algunas raras). Lo primero que quiero mostrar es que en Washington han
construido algunas cosas maravillosas. Primero, la hermosura de la estación de trenes Union Station:
Y el diseño impecable de las estaciones del metro (oscuritas y todo):
Pero también hay cosas raras. Como el hecho de que es tal vez la ciudad con mayor densidad de
trotadores del mundo. Creo que trotan más de lo que caminan…de hecho, a veces alcanzo a pensar
que trotan más de lo que trabajan, y no sería raro. Si no, cómo sería posible ver este tipo de escenas (frío, nieve… ¿trotar?)
…como si ese tiempo que invierten les sirviera de algo (según James Gleick, el tiempo que esa gente dura trotando es el mismo que ganan de vida extra, entonces el total de tiempo ganado es cero).
situaciones en que sale a verse con amigos y, ante el primer descuido, Aimée y Stephanie
están así:
bicicletas:
lo demuestra el dueño de esta bicicleta cuando compró guardabarros en madera:
Y sí, tal vez todo esto es gracias a que, desde 2009, han tenido un sistema de bicicletas públicas.
Bueno, me corrijo, en realidad han tenido dos sistemas de bicicletas públicas. El primero,
patrocinado por Clear Channel:
Y el segundo, altamente exitoso, gerenciado por Alta Planning:
… y eso les demuestra que los sistemas de bicicletas públicas pueden fallar y necesitan, como en Rio
y Santiago, varios intentos.
cambios más grandes que los que han sucedido en muchos sitios: cicloparqueaderos en todas las cuadras y
ciclorrutas cuasi-segregadas (como las que Jesús Acero está haciendo en Bogotá).
Claro, ante la proliferación de bicicletas,también se genera una mayor presencia de escenas de este
tipo:
(nota a mí mismo: no comprar bicicletas con ruedas fáciles de quitar, y amarrar el candado a las dos
ruedas…).
Y dejo lo mejor para el final. Lo que más me ha impresionado de Washington desde la primera vez que fui es algo distinto al
orden casi tipo Truman Show, o la ubicuidad de personas trotando. Lo que de
verdad me impresiona de Washington es que tiene el único metro (que yo conozca, pues) con tapete y
sillas con cojines:
Yo en verdad no entiendo cómo puede existir una ciudad así. Yo sé, ¡qué civismo! pero también… ¿no
es como raro?
filmaron casi toda Truman Show), Washington fue una ciudad construida desde ceros, en este caso PARA George Washington, POR
George Washington y PARA alejarse de la cochinada de Nueva York en 1790. Por eso nada de lo de arriba me parece raro.
En cualquier caso, avísenme: ¿Washington va Despacio?