Después de un breve pero intenso viaje a Dakar y de una tarde de tomar fotos de situaciones extrañas, revisé las fotos y con una de ellas me puse triste, reflexivo y al final me carcajeé un rato. Ahí decidí que la foto era una de las mejorcitas que había tomado. Es esta:

El cuento completo es que cuando ví otra vez esta foto caí en cuenta que uno puede interpretar esta situación de tres maneras, o con tres sombreros, y sacar tres moralejas:

1- con mi sombrero de persona altruista, que piensa en el otro, que busca su bienestar, mi interpretación fue: «increíble, uno aquí tomando fotos para dictar un curso de transporte sostenible al otro día, pasándola retebueno, y este chino que seguramente ni siquiera ha desayunado tiene que atravesar la capital de Senegal para distribuir ese pan que no puede ni probar.» La moraleja: El mundo es horrible.

2- Con mi sombrero de obsesionado con la bicicleta, pensé: «la bicicleta es definitivamente el vehículo más versátil del mundo, vea aquí un chino llevando más pan que lo que cualquiera pensaría y ni se inmuta.» La moraleja: En medio de este mundo horrible, hay cosas que nos dan algo de esperanza (otra forma de leer la frase célebre de H G Wells).

3- Con mi sombrero de cínico, simplemente me inventé un chiste: decirle a todos los que vieran la foto «sí o no que ese chino amaneció ese día con unas ganas de comer pan las beeerracas y salió a vaciar panaderías?» La moraleja: hay gente que hace chistes como ese y vuelve al mundo un poquito más horrible… y yo soy uno de ellos.

Y ahora que vuelvo a leer esto varias veces y reflexiono si lo debería publicar o no, me doy cuenta que sí lo debería publicar para mostrar que el mundo, las situaciones, y las fotos tienen varias formas de interpretarlas. Además, tenemos que encontrar todas las formas posibles de interpretación y, lo más importante, sacar moralejas de cada cosa, por muy cínicas que suenen. (esto es una manera de pedir disculpas, o explicar más en detalle, la razón de ser del lenguaje de mi post sobre Paul Walker, que ofendió a muchos en su primera e incluso segunda versión. Creo, y no soy el primero en decirlo, que el cinismo tiene un lugar en el mundo pero hay que saberlo usar).

pd: y yo picándomelas de viajar tanto, cuando en Bogotá se encuentran bellezas como esta:


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