El coronavirus desestabilizó por completo todo el orden y dinámica social y puso al mundo entero a reflexionar casi a la fuerza en medio de aislamientos y cuarentenas obligatorias. En medio de la preocupación por el declive económico y la presión de muchos por sobrevivir, hay muchos otros problemas del mundo que también merecen ser transformados, o por lo menos, alivianados.
La crisis medioambiental del globo viene escalando lentamente desde hace varios siglos, pese a que las grandes afectaciones no son dimensionadas masivamente, como sí lo logró la actual pandemia mundial. La elevación de extremas temperaturas, la pérdida de cobertura de los glaciares, las sequías, sumado a la contaminación, a la escasez de agua y la deforestación podrán tener en pocos años repercusiones más alarmantes y más difíciles para las condiciones de supervivencia de los individuos.
Las acciones de cambio son reiterativas en muchos espacios sociales: fomentar el reciclaje, la plantación de árboles, la lucha contra el tráfico ilegal de especies, e incluso medidas locales como el día sin carro se han implementado para disminuir focos de contaminación. Sin embargo, acciones de uno de los 365 días del año han demostrado no tener ningún efecto en el medio ambiente, y se han tomado más como una alternativa para fomentar otros tipos de transporte diferentes de los tradicionales.
Por su parte, los vehículos que en lugar de gasolina utilizan energía eléctrica para funcionar traen consigo la promesa de calles más limpias y la reducción de emisiones que contaminan el aire. Tanto en ciudades pequeñas como en grandes urbes, transportes como los carros o las patinetas eléctricas se han tomado las formas de movilidad de muchos ciudadanos que encuentran en ellas una alternativa al tráfico de la ciudad a la par que aportan su granito de arena al cuidado del medio ambiente.
Las patinetas eléctricas son una opción muy conveniente para mejorar los tiempos de movilidad, a la par de que se contribuye con el mejoramiento del medio ambiente al optar por tecnologías limpias. Son ideales para ir de la casa al trabajo, para movilizarse al centro comercial, e incluso al gimnasio.
A la hora de comprar patinetes eléctricos es muy importante tener en cuenta la distancia que se quiere recorrer. Este tipo de vehículos están diseñados para cubrir trayectos cortos con autonomía de 30, 40 o 50 kilómetros por lo general. Esto varía dependiendo del tamaño de la batería, la velocidad que se emplee, el peso del pasajero, el tipo de terreno por donde transites, entre otros aspectos.
Compañías como Skateflash, dedicadas a la comercialización de patinetas eléctricas, recomiendan no depender de los puntos de recarga en la red pública o electrolineras que pueden ser escasas, y por el contrario disponer de un punto de recarga en un garaje propio.
Una segunda recomendación es seleccionar la ruta más eficiente para llegar al punto de destino. Una conducción corta es indispensable para ahorrar energía y aprovechar mejor la autonomía del vehículo. Por esto, hay scooters eléctricas en el mercado que cuentan en su mayor parte con un calculador que ayuda a encontrar la ruta más eficiente.
Adicionalmente, es importante conducir de forma tranquila y prudente, ya que al igual que sucede con los coches de combustión, los acelerones fuertes aumentan el consumo eléctrico y reducen la autonomía de la patineta. Por esto, lo ideal es mantener una velocidad constante y tranquila, adaptada a las condiciones de la carretera.
Por último, active el sistema de aviso acústico del vehículo eléctrico. Si bien una de las ventajas de conducir scooters eléctricos es su baja contaminación acústica, también puede ser uno de los aspectos más perjudiciales para los peatones, que muchas veces pueden no percibir la presencia cercana por el sonido.