Consultorías Estratégicas Internacionales (o qué hacer con una empresa en crisis)
Economistas y abogados especializados en reestructuración y reflotamiento de empresas, recomiendan las consultorías de gestión para que una organización sobreviva en estos momentos tan desafiantes y/minimice sus pérdidas. El asesoramiento con expertos marcará la diferencia en cualquier proceso conflictivo y existen muchas alternativas para el cierre.
Según algunos estudios y sondeo de opiniones, la mayoría de las empresas españolas prevén cerrar el año con una facturación que no llega a la mitad de sus objetivos. La crisis por la pandemia mundial del covid-19 ha golpeado a todos los sectores productivos, especialmente a los de proyección internacional.
En este escenario, la consultoría estratégica aparece como una herramienta más que necesaria para la supervivencia empresarial.
“La consultoría de gestión es la práctica de ayudar a las organizaciones a mejorar su desempeño”, comienza a explicar Igor Ochoa, experto internacional en gestión de crisis de la consultora Dipcom Corporate. “En ella hay que ser proactivos y resolutivos. Nosotros negociamos directamente con Bancos, Administraciones Públicas y Proveedores”, agrega el experto al mando de un equipo multidisciplinar que abarca todas las áreas que necesiten cobertura: económica, legal, negociación con bancos y entidades financieras, trabajadores, etc.
Una respuesta basada en hechos
El secreto de una consultoría estratégica internacional es ser altamente ejecutiva. Es decir, no se trata de un mero asesoramiento, sino que buscará resolver en concreto las situaciones más complejas que afronta una empresa en crisis.
El concurso de acreedores es una de ellas. Se trata de un momento difícil para todo empresario, cuando se queda sin liquidez y entra en una situación de insolvencia. “Con esta herramienta estratégica ayudamos a garantizar la supervivencia de las empresas en los inevitables ciclos negativos económicos sectoriales o individuales”, asegura Ochoa y agrega: “Acogerse al concurso de acreedores para persona física no es nunca un proceso sencillo ni corto. Se requiere de asesoramiento profesional”.
Pero además, existe una alternativa previa: el preconcurso de acreedores. En este sentido DipCom dispone de “una metodología propia testeada durante 12 años” que le ha permitido multiplicar por 20 el porcentaje de éxito.
El preconcurso de acreedores es un procedimiento que permite a los empresarios ganar tiempo para negociar o refinanciar deudas, continuando su actividad empresarial y evitar así declararse en concurso de acreedores. Se paralizan las ejecuciones y se consiguen los apoyos suficientes para abandonar la situación de insolvencia, protegiendo al administrador de responsabilidades legales bajo la ley concursal.
Las segundas oportunidades sí existen
Los autónomos o particulares que fracasan económicamente, temen convertirse morosos, arrastrando sus deudas para siempre. Aunque es cierto que nadie saldrá inmune de la crisis, muchos lograrán comenzar de nuevo gracias al uso estratégico de las herramientas disponibles.
En el 2015 entró en vigor la Ley de Segunda Oportunidad, destinada especialmente a pequeños empresarios que habiendo sufrido una insolvencia, deseen empezar de cero. “Gracias a la norma, se pueden exonerar deudas o renegociar la forma en la que se van a devolver, con muchas facilidades”, apunta el CEO de Dipcom Corporate.
Para que una persona física pueda acogerse a esta ley debe cumplir algunos requisitos como acreditar su incapacidad para hacer frente a sus deudas, haber obrado con buena fe, que haya intentado llegar a un acuerdo con los acreedores previamente, demostrar que la situación de insolvencia no ha sido provocada de forma voluntaria, etc.
En cualquier caso, deberá consultar a un especialista para comprobar si cumple las condiciones de la Ley de Segunda Oportunidad.
¿Es posible un concurso “exprés”?
La respuesta es sí. Se trata de una herramienta amparada en el artículo 176 bis 4 de la Ley Concursal que posibilita la extinción de la sociedad de forma casi inmediata, sin necesidad de una liquidación de bienes, lo cual minimiza las pérdidas.
“Es un proceso que resulta bastante interesante para aquellos empresarios y emprendedores que hayan montado un negocio sin muchas infraestructuras, activos inmobiliarios o maquinaria o para las empresas cuyos fondos propios hayan tenido un deterioro significativo”, opina Igor Ochoa.
Para acogerse a un concurso de acreedores “exprés”, la sociedad debe contar con unas condiciones especiales en su patrimonio y en su balance de situación. Considerando que es una herramienta algo atípica, el especialista recomienda a los empresarios “que recurran a equipos legales con experiencia antes de presentarlo”, ya que normalmente son necesarias una revisión legal y una regularización contable previa.
Cómo elegir una consultora
En primer lugar, es necesario conocer el porcentaje de éxito en procesos de reestructuración de compañías similares a la propia. Las empresas especializadas en la materia, no dudarán en exhibir sus mejores casos
También es importante analizar los costos, ya que la empresa deberá estar en condiciones de poder asumir la tarifa del servicio. “Nuestros costes son muy ajustados”, aclaran desde Dipcom Corporate.
Finalmente habrá que decantarse por una firma que cuente con un equipo multidisciplinar capaz de atender todas las áreas que necesiten cobertura, ya que no es lo mismo la negociación con bancos y entidades financieras que la relación con las trabajadores o el balance impositivo.
En definitiva, contar con el asesoramiento adecuado hará menos críticos los períodos negativos de cualquier empresa.
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