«Un
país que no recuerda su historia está condenada a repetirla»
«un
país tiene los gobernantes que se merece»
Colombia
una laguna de desaciertos y a la vez de magníficos hechos históricos que han irrumpido
con el circo, el perfecto maquillaje y la finura de personajes históricos que
han pintado una engrandecida obra de arte pero que a fondo demuestran nuestra
picardía, finura y alto valor para pisotear al otro y dejarlo entrever por la
sociedad con un alto margen de extremista y blasfemo pusilánime.
Colombia,
un país que amanece irrumpido por grandes contrastes sociales, que dejan
destapar nuestra cruda y feroz madre de los problemas de nuestro país ligados
tanto a las grandes desigualdades sociales como a la falta de cultura y
educación, elementos y caracteres fundamentales a la hora de construir ciudadanía
activa y participativa.
Es
claro que nuestro principal problema no puede ser simplemente decir y
conformarnos con que en este momento Colombia cuenta con uno de los índices de
desempleo y pobreza mas altos de América Latina o que para esta primera década
del siglo XXI estamos dentro de los países con mas desigualdad en el mundo ya
que la riqueza del país está concentrada en un 10% de la población
aproximadamente y se ha abierto la brecha aun mas entre ricos y pobres, pero ya
no divididos tal vez por muros de la discordia sino porque los unos están
siendo llamados a manipular medios de comunicación, manejar grandes monopolios
económicos y a la vez potenciar el desarrollo urbanístico y rural altamente
tecnificado, y otros condenados a la miseria y por lo pronto a la extinción.
En
todo caso, ese es nuestro país con muchos problemas de fondo que de una u otra
manera han fomentando la pobreza, desempleo, corrupción, clientelismo y una indómita
mala repartición del dinero, las tierras y en especial del erario, que cada vez
mas está en manos de las poderosas redes de corrupción, que operan desde
organismos estatales con complicidad de altos funcionarios gubernamentales, y
grandes figuras de trascendencia política y económica de Colombia; podrá ser
que hace 200 años nos independizáramos formalmente y «protocolariamente» de los
españoles batallando tierra firme, pero es claro que seguimos siendo esclavos,
tal vez no como los pueblos antiguos, o como lo vivieron los negros o indígenas
en nuestras tierras, pero hoy por hoy es talmente, el grado de sometimiento y
de servidumbre, miedo y sufrimiento que vivimos, que le tenemos que hacer venia
a los mismos funcionarios públicos, que en principio, operan a favor y protección
de la ciudadanía y no nosotros en procura y salvaguardia de ellos
Ese
es nuestro país, 200 años de grandes sufrimientos, contrastes socioculturales y
muchos problemas de gran magnitud, pero que sin lugar a duda lo único que nos
ha sostenido como colombianos es nuestra calidad humana, recursos naturales y
esperanzas tras esperanzas que se forjan cada 4 años y nuestra malicia que como
humanos tenemos para hacer las cosas.
El
día en que como país luchemos y demos la batalla abiertamente contra esos pocos
que tienen sometido a nuestro país y que han hecho de nuestra historia un
completo fracaso y frustración y construyamos un verdadero ideal, inmersos en una cultura incluyente y
conciencia colectiva, que llegue a tal punto de darle a entender a la gente
que como humanos tenemos integridad y que indistintamente de nuestro sexo,
raza, creencias o costumbres todos somos iguales y tenemos derecho a una
identidad, que tanto nos hace falta como colombianos, seremos un país abierto
al mundo con un futuro prometedor, y lo mejor, una olla interna que hierve a
fuego lento con muchos sueños e ilusiones por cumplir y que nuestra misma
historia lo ha frustrado tanto y lo ha echado por la borda, pero 200 años no
pueden superar el futuro de un mejor porvenir que de seguro no tardará y
llegará de manos no solamente de un líder sino de todos como pueblo y como
nación colombiana.