Desde la década de los 70 se empezó a fortalecer y a
nombrarse con mayor frecuencia el término de globalización y a gestarse
diversas transformaciones desde la ciencia, la tecnología y los constantes
cambios socio – culturales que hicieron posible que a través del libre mercado,
el intercambio de costumbres y los grandes avances de la internet, se empezara
a incluir dentro del discurso conceptos mas allá de lo estatal, cultural o
territorial enfrentándonos así a un término acuñado por Marshall denominado,
aldea global, como
expresión de la exponencialmente creciente de
interconectividad humana a escala global generada por los medios electrónicos
de comunicación.


Lo más recurrente al hablar de globalización es que se
mencionen aspectos económicos, culturales, sociales y tecnológicos y por otro lado
se trate el tema ambiental empalmando el término de calentamiento global, que
no es para nada nuevo y que ha existido por mucho tiempo para referirse al
fenómeno del aumento de la temperatura medio global, de la atmósfera terrestre
y de los océanos, que posiblemente alcanzó el nivel de calentamiento de la
época medieval a mediados del siglo XX, para excederlo a partir de entonces.

Es urgente y más que necesario que el gobierno nacional en
unión y trabajo conjunto con otros países y a través de las organizaciones
internacionales existentes se logre sentar precedente de una forma seria, rigurosa
y buscando ante todo que las metas propuestas no se conviertan en utopías y
sean congruentes con la realidad.

Sin embargo, es claro que a través de la ONU, por ejemplo, se
ha tratado la problemática del medio ambiente y se ha buscado conjuntamente con
los gobiernos establecer metas concretas y precisas para evitar gases
invernaderos o partículas contaminantes producto de la industria, por ejemplo.

El protocolo de Kioto es un claro ejemplo de mecanismo o
instrumento que busca reducir las emisiones de seis gases que causan el
calentamiento global: dióxido de carbono, gas
 metano y  óxido nitroso, además de tres
gases industriales: Hidrofluorocarbonos,
 Perfluorocarbonos y Hexafluoruro de azufre.

En principio, este acuerdo internacional fue adoptado el 11
de diciembre de 1997 en Kioto, Japón pero no entró en vigor hasta el 16 de
febrero de 2005. En noviembre de 2009, eran 187 estados los que ratificaron el
protocolo.
 EEUU, mayor emisor de gases de invernadero mundial no ha ratificado el
protocolo.

La lista puede ser interminable y no bastaría este artículo
para enumerar el sin numero de acuerdos, tratados, protocolos o resoluciones
con los que actualmente contamos, pero en el fondo lo verdaderamente importante
es la eficacia brindada y la verdadera ejecución e impacto social generado,
pero por ahora basta decir, que pasaran muchos años en los se escucharan muchas
promesas, metas y otras tantas utopías que de una u otra manera generaran en
cada uno un sentimiento de esperanza en la búsqueda de un mejor porvenir y un mejor
hogar, porque algo mejor que el planeta tierra difícil de encontrar, pero para
algunos fácil de destruir y contaminar.

Los grandes líderes mundiales también respiran del medio
ambiente, o ¿se les habrá olvidado?