Hoy en día y con motivo de las
próximas elecciones que se aproximan, es muy común el hecho de que se presenten
encuestas en medios de comunicación y otras tantas pagadas particularmente o
realizadas por centros educativos o de investigación.
Sin embargo es claro que las
encuestas no abarcan en su mayoría un número considerable de habitantes y además
de eso es muy relativo los datos que éstas arrojen ya que de por medio están
intereses de las personas que patrocinen las mismas y por otro lado la forma
como son realizadas, como por ejemplo de forma telefónica o personal.
Es de recordar lo ocurrido en las
pasadas elecciones presidenciales, en las que Antanas Mockus llegó a lideras
las mismas, en su mayoría, y bien sabemos la gran diferencia en la primera
ronda entre éste y Juan Manuel Santos o en el caso de Medellín, en donde las
pasadas elecciones de 2007, muchas encuestas daban por ganador a Luis Pérez y
terminó gobernando Alonso Salazar, igual que lo ocurrido en Bogotá, en donde para muchos fue una sorpresa que llegara al palacio del Lievano Samuel Moreno y no Enrique Peñalosa, que por cierto, es pésimo candidato y que para éste año, puede repetirse la historia y dejar a Uribe sin marioneta con la cual poder gobernar, porque Antioquia y Medellín están prácticamente en manos de Fajardo y Anibal Gaviria, eso claro está, según las encuestas.
Difícilmente podríamos afirmar y
probar que las encuestas en Colombia son falsas, o que son manipuladas o
patrocinadas por entidades gubernamentales o particulares con intereses
oscuros, pero la verdad es que muchas veces estas no reflejan la problemática
social y lo único que generan es desviar la atención y lograr determinado
status quo que busca proliferar dentro de las principales esferas sociales y de
poder; además es sabido que muchas de ellas, no son reconocidas y son
realizadas a pocas personas como las que se realizan a nivel municipal por centros
de consultoría en alianza con universidades o medios de comunicación, en las
cuales son muy subjetivos los datos que puedan arrojarse, y en donde cerca de 1.000
o 1.500 personas encuestadas representan un porcentaje muy pequeño en relación
al 1.300.000 personas habilitadas para votar según Censo Electoral para
Medellín, aunque el rango de votantes sea mucho menor.
Por citar una de las
encuestadoras mas importantes, nos encontramos con Ipso Napoleón Franco, la
cual se describe en su pagina web como una organización de profesionales de la
investigación apasionada que tiene como objetivo dar voz propia a los
ciudadanos y los consumidores, por lo que la sociedad y el mercado puede tener
una mejor atención de sus necesidades; lo cual podríamos interpretar, que se
busca dar y poner en «boca del pueblo» determinada concepción en particular
absolutizando opiniones.
Mas que una crítica a tales firmas
encuestadoras es la invitación a todos aquellos que buscan objetividad respecto
de los resultados que estas generan, como si fuera la única opinión válida respecto
a un tema, sujeto u organización en concreto, para que indaguen, investiguen y
tengan en cuenta que cada uno como colombiano debe lograr ser capaz de tomar
postura y hacer crítica constructiva proponiendo y debatiendo con argumentos, buscando
ante todo generar conciencia en el ciudadano común y así elegir un candidato no
por su posición en las encuestas sino por su plan y hoja de vida.
Porque un país que es capaz de especular y
dejarse llevar por los resultados de las encuestas no es competente para
desarrollar postura crítica y generar opinión con argumentos y no con presiones
externas o posturas ajenas.