«Vive
tu vida en libertad no seas esclavo de las drogas,

Aprende a vivir en tu realidad, no existen salidas
fáciles
«

   

Ésta
semana conocimos la noticia de una nueva sanción contra Wilder Medina, uno de
los goleadores y mejores jugadores del futbol colombiano, por dopaje de
marihuana en uno de los partidos del semestre pasado, algo lamentable no solo
para él, sino para su equipo, el futbol, la selección de mayores y los hinchas
del buen fútbol.


Personalmente,
no puedo estar de acuerdo con una sanción que lo única que evidencia es que a
pesar de que en éste país la ley, y para el caso, la norma de la Dimayor, corre
bastante rápido para un jugador de fútbol, en muchas de las otras esferas del
país es de lamentar la impunidad y la falta de coercitividad por parte de la
ley que condena 10, 20 y hasta 30 años después del delito cometido.

Pero
para el caso mencionado, es acaso justo que a parte de que ya se le había
interpuesto una sanción por 3 meses por el mismo problema, ahora se pretenda
acabar con su vida profesional, deportiva y familiar, teniendo presente, que
para la persona que ve desde afuera la problemática de la drogadicción, piensa
que es fácil salir de allí y que en últimas él es él único culpable de sus dificultades
y vicios, pero es de recordar que una persona cuando está acompañada de vicios
y se comprende como un sujeto a corregir socialmente, requiere de
acompañamiento y de tratamiento profesional, preferiblemente, para el bien de
la persona y de la sociedad, y es bien sabido que Medina se estaba sometiendo a
un programa de rehabilitación por adicción y participa en campañas contra el
consumo de drogas.

Por
otra parte, cabría analizar si lo que se está buscando es sancionar por el
mismo caso de dopaje por el que ya se había castigado y lograr una sanción más
severa, algo que sería ilegal y que no se corresponde con una sanción válida,
por eso para las directivas del Tolima cabe la posibilidad de acudir a la
justicia ordinaria a través de la tutela.

 

La Dimayor
debe ser el máximo organismo encargado de sancionar y proteger a todos aquellos
partícipes del espectáculo del fútbol, desde los jugadores, cuerpo técnico y
terna arbitral; además
su función es la de administrar y
reglamentar los torneos de la Primera A y la Primera B que se disputan en el
país,
pero con independencia y total discrecionalidad y no por
presiones externas como se viene rumorando, ya que el presidente del Tolima, el
señor Camargo, afirmó que Luis Bedoya, el presidente de la Federación de Fútbol Colombiano, habría pedido una mayor sanción y castigo a la comisión de la Dimayor.

Finalmente, se espera que no sea más perjudicial el remedio que la enfermedad y que con ésta sanción
no se produzca un mayor daño al Deportes Tolima, el jugador, su familia y los
hinchas.

Entonces,
¿es acaso persecución, venganza, intereses creados o vacios normativos demostrados
con esta sanción? El debate apenas comienza…

Cuando
a la sanción la guía el acompañamiento, la rehabilitación y un tratamiento médico
adecuado se corre el «riesgo» de corregir un ciudadano que va en contravía y no
de exponer a la sociedad un delincuente más.