Estamos próximos a terminar un año en el que cada uno
como ser humano ha embarcado en un viaje lleno de aventuras, travesías, obstáculos
y, por supuesto, dificultades que llegan a la vida como un viraje u oportunidad
para aprender que es mas importante levantarnos que caer, en medio de circunstancias
sociales hostiles y difíciles que se convierten en un gran reto para toda la
humanidad no importando credos, religión, color, sexo, nacionalidad o lengua.


Humanidad que a través de las últimas décadas ha
permitido que un capitalismo salvaje, la indiferencia, el poder de las
multinacionales y banqueros y la falta de amor y tolerancia entre humanos se
hayan tornado en caracteres arraigados en muchas personas, las llagas de un
mundo adolorido y en decadencia disfrazadas de Wall Street, FARC, dictaduras,
Ku Klux Clan, terroristas, multinacionales, entre muchas otras organizaciones o
sucesos de exclusión, avaricia, indiferencia y enriquecimiento a costa de lo
que sea.

Un mundo que cree haber evolucionado pero que solo ha
maquillado los males de la esclavitud, el odio, la segregación, la ley del mas
fuerte, «ojo por ojo, diente por diente» y un supuesto neoliberalismo salvador
y de masas pero que al día de hoy conduce a las grandes potencias mundiales
capitalistas rumbo al fracaso económico.

Cada día son más las personas que luchan y protestan
pacíficamente y otras tantas violentamente demostrando la ira, el odio y el
rencor represado de muchos años en el que los derechos humanos han perdido
vigencia, un mundo en donde vale mas el dinero que la vida y donde la competencia
corporativa, la calificación financiera y el crecimiento económico son mas
importantes que problemáticas humanas de gran calibre como la pobreza, el
desempleo, la crisis en la salud, los niveles educativos y la cultura del amor,
para muchos cursi y para otros tantos una utopía enmarcada en Jesús.

Un mundo arrodillado ante el poder de unos pocos, pero
que para éste año intentó sacudirse y lograr sentar precedente mundial por
medio del movimiento de los indignados, que no solo se encuadra en la llamada
primavera árabe, que llega al punto mas álgido con la caída de los gobiernos de
Túnez, Egipto, Libia, sino que también ha provocado en la Europa occidental
grandes cambios estructurales en los gobiernos como en el caso de Italia y
Grecia en donde hubo cambios de primer ministro, o el caso de España donde el
presidente Zapatero no logró evitar que España se viera afectada en grandes
proporciones a costa de la crisis económica y le tocó adelantar elecciones
donde su partido logró una derrota estruendosa. 

 

Todo esto y otros tantos sucesos que se presentan en
el mundo como las heridas de un pasado sin sanar, un presente de dolor,
indiferencia y odio y un futuro oscuro y lleno de incertidumbre.

Por eso, éste 24 de diciembre, Jesús nace de nuevo
para expresarle al mundo que su mensaje universal del amor sigue vigente y
continuará presente de generación en generación sin importar que el mundo haya
perdido el rumbo.

Que Jesús renazca en cada uno de nosotros y para este
nuevo año que comienza llene los corazones de amor, esperanza y caridad.

 

¡¡¡FELIZ NAVIDAD Y UN CÁLIDO Y
FELIZ ESPERADO AÑO 2012!!!