Miserable dictadura a la que fui
condenado a vivir por años, llegó la hora del verdadero cambio
Nuevamente el pueblo se prepara para elegir presidente en
Venezuela en medio de la miseria, el hambre, la corrupción, la impunidad, el
miedo, la polarización bélica política y las amenazas internacionales que
claman por un verdadero cambio, en un país que hace muchos años era una mina de
grandes riquezas pero que ha terminado naufragando en medio del caos, el odio,
la indiferencia y el poder totalitario y dictatorial de unos pocos que manejan
a sus anchas el país.
Al principio, pensé que el socialismo del siglo XXI era un
proyecto político incluyente, a favor de los pobres y desamparados y con ideas
sociales transformadoras, pero con el pasar de los años soy un venezolano más,
adoctrinado por las tesis chavistas y educado conforme a las utopías de Simón Bolívar,
siento temor en las calles por la creciente delincuencia y violencia que se
vive en Caracas y después de haber recibido durante años subsidios por parte
del gobierno, el presidente difunto Nicolás Maduro afirmó hace algunos días antes
de su muerte que el Estado ya no estaba en capacidad de subsidiar a muchas
personas pobres, y que por lo tanto debíamos estar preparados para lo peor.
Después de tantos años sigo viviendo en la misma casa de 50m –
50m que me dio el gobierno, no tengo trabajo ni estoy preparado para ninguna
labor porque siempre estuve a la espera del pequeño subsidio y el mercado que
recibía, y era prácticamente un mantenido más que pensó sostenerse durante
muchas décadas a manos del sistema político que entró hace muchos años en
crisis, porque actualmente la debacle es feroz.
Al día de hoy solo guardamos la esperanza de ver nuestra selección
vinotinto por primera vez en un mundial de fútbol, porque para ver de nuevo una Venezuela
estable y unida deberán pasar muchos años para recomponer el camino en el ámbito económico, político y social.
Creí en su momento en las palabras de Chávez y Maduro, así
como lo hicieron los cubanos con los Castro, los argentinos con los Kirchner,
los ecuatorianos con Correa, los bolivianos con Evo Morales y los nicaragüenses
con Daniel Ortega, pero hoy la realidad muestra a todos estos países desbordados
por la miseria, la ignorancia, la corrupción, la centralización de poder,
dictaduras totalitaristas, desempleo y una economía que tocó fondo, algo
similar a lo sucedido en Europa con el estado de bienestar en la primera década
del siglo XXI que generó un gran desastre económico y social en muchos países
de la Unión Europea a causa del sistema.
¡¡¡¡Llegan de nuevo las elecciones presidenciales en
Venezuela, y por primera vez estoy convencido que el cambio es posible y urgente,
y Venezuela por fin está preparada para asumir el reto de reconstruir el país
hecho ruinas!!!!
Yo también fui chavista y creí en las utopías y los clamores
de Chávez y Maduro, pero los subsidios terminaron y la pobreza, la ignorancia y
el desempleo tocaron las puertas en mi familia, porque nunca aprendí a ser
ciudadano político, me dieron la comida pero no aprendí a conseguirla con
esfuerzo y trabajo y hoy en día estoy convencido que ha llegado la hora del
cambio, o tarde que temprano el Estado de naturaleza será el verdadero camino
en mi país
Venezuela, 13 de abril del 2024
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