Aunque a simple vista el conflicto en Medio Oriente y la crisis ambiental en Colombia por las graves consecuencias de la sequía no tienen las mismas causas y efectos y la coyuntura es radicalmente distinta, cuando nos encontramos con el clamor de los inocentes, las lágrimas de los más débiles, las suplicas constantes a las autoridades políticas que con su prepotencia e indiferencia presumen de su poder, no podemos dejar de reconocer las similitudes entre dos graves problemáticas, una en nuestro país y otra con efectos a nivel mundial.
Quizás para muchos la sequía sea una reacción de la naturaleza sin temor a caer en preocupaciones y para otros la guerra sea condición y esencia del ser humano, pero la aptitud de los gobernantes y de agentes externos que auspician esta hecatombe humana si debería ser objeto de rechazo y de preocupación para muchos, porque cuando desde la Cárcel o el Congreso, como ocurre en Colombia, se patrocina la corrupción y el sostenimiento de brazos políticos delincuenciales en las regiones, mientras en Israel y Palestina los efectos de la hipocresía norteamericana y los intereses políticos de gran parte de países europeos son determinantes, no se puede caer en el groso error de pensar que todo ello es consecuencia, del medio ambiente y la religión, respectivamente.
Si bien resulta preocupante las cifras de muertos y ataques en la Franja de Gaza, si debería ser mayor objeto de rechazo el comportamiento de ciertos dirigentes políticos en Colombia que han negado algo tan elemental y tan básico como lo es el agua, aunque para las fiestas y las celebraciones si haya dinero con la complicidad de gran parte del pueblo que prefieren el alcohol antes que el agua, y con la observación adicional que años atrás fueron estos mismos quienes con sus votos lograron que esos sujetos sean sus gobernantes.
Sin embargo, donde está la Defensoría del Pueblo y la Procuraduría, por ejemplo, que parece andar más preocupada por cuidar y repartir puestos y perseguir a contradictores religiosos, olvida el Jefe del Ministerio Público lo que ocurre en Departamentos como La Guajira, Magdalena, Putumayo, Vichada y Meta por mencionar solo algunos, porque hasta el momento no han sido más que amenazas, advertencias y solicitudes de informes a las autoridades ambientales y políticas.
Mientras en la Franja de Gaza los ataques indiscriminados de ambas partes involucradas en el conflicto ha conllevado a que miles de inocentes, entre mujeres y niños hayan caído en el rigor de una guerra sin autoridad moral ni religiosa para efectuarse, a pesar de la manipulación y las acusaciones mutuas en los micrófonos, algo así como “si me atacas, te ataco”.
Aunque Estados unidos ha buscado recurrentemente tener el control indirecto en Medio Oriente, ha fracaso desde hace varias décadas y hoy no parece ser la excepción, potencia mundial que ha sido cómplice de mantener algunas de las dictaduras en esta región del mundo con fines geopolíticos y estratégicos para frenar el fortalecimiento del poder de los fundamentalistas islámicos y con intereses sobre en canal del Suez, tránsito del petróleo.
Finalmente, esperar buenas intenciones y soluciones sensibles a lo que ocurre en Medio Oriente y en gran parte del territorio colombiano por parte de las autoridades gubernamentales y organismos internacionales no solo termina siendo ridículo sino fantasioso, pues al fin y al cabo los intereses que hay de por medio van a ser defendidos a capa y espada, así el riesgo sea precisamente la guerra y la sed, en tanto el ser humano, amplio dominador del mundo, vive para consumir, atacar, dominar, manipular y unos pocos decidir y otros tantos sostener con la pasividad y la indiferencia a esos pequeños superpoderosos que son precisamente los actores responsables de llevar el mundo hacia el abismo.
FORO DE OPINIÓN
¿Qué solución puede tener el conflicto en Medio Oriente?
¿Quiénes son los responsables de las consecuencias de la sequía en el país y cuáles son las soluciones que debe tomar el gobierno?
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