Fabián Salazar Guerrero. Director de la Fundación para el diálogo y la cooperación interreligiosa. INTERFE

 

Continuando con la reflexión desde los foros de Libertad Religiosa, de culto de Conciencia que lidera la fundación INTERFE  (www.fundacioninterfe.org) a nivel nacional con el apoyo de la Embajada de Canadá, presento algunos marcos de referencia para reflexionar sobre los marcos de ejercicio de una Libertad Religiosa comprometida con la nación. Ya que las religiones no son simplemente ritos sino actores vivos de cambios estructurales

 

Caminar en la solidaridad y en el compromiso social  

El acompañamiento a los victimizados y empobrecidos debe convertirse en una tarea conjunta frente al dolor, las necesidades básicas insatisfechas, la guerra, la discriminación y la exclusión. Con lo anterior no se quiere de ninguna manera desconocer la valiosa labor de tantas organizaciones religiosas que a través de sus programas benéficos ayudan a la población desfavorecida, incluso, en algunos casos supliendo el deber del Estado. Lo que se propone es realizar acciones conjuntas para que los proyectos solidarios no se muestren desarticulados, atomizados en pequeñas iniciativas, repetidos y sobre todo agotados por la falta de recursos.

Una convivencia pacífica y un trabajo de acción en lo social, supera los protagonismos individuales, pues lo que requiere Colombia es la unión de voluntades, de servicio, de asesoría, de veeduría, de mediación, de advocacy y de incidencia política.

Las religiones deben también aprender a interactuar con las entidades políticas y gubernamentales y para eso se les hace urgente establecer puentes de comunicación para aprender a hablar en el lenguaje de lo público y el lenguaje de la cooperación interinstitucional en el marco de una acción ciudadana y política nacida de su ejercicio de la Libertad Religiosa.

Seguro algunos pensarán que lo “social” o las “cosas del mundo” pueden contaminar la “pureza religiosa” o que se intenta reducir las organizaciones religiosas a simples organizaciones caritativas.  Al contrario es reconocer el papel que las Organizaciones Basadas en la Fe (OBFs) cumplen como sujetos sociales de desarrollo, como socios estratégicos para el bienestar social y la lucha con la pobreza y la marginación. Y todo lo anterior no como algo externo o adicional a su fe sino como un núcleo de sus creencias amorosas y de fraternidad universal.

 

Reconocernos en algunos casos como cómplices de la injusticia y la violencia. Esto sucede cuando nos escapamos a nuestras islas religiosas, cuando convertimos la religión en sentimentalismo desconociendo la realidad del entorno, cuando nos convertimos en jueces del diferente, cuando vivimos la dualidad entre la fe y la vida, cuando no denunciamos a causa de intereses particulares, cuando nos aliamos convenientemente con el poder de turno y cuando no ofrecemos una formación madura de los fieles en temas sociales.

 

Visibilidad en espacios públicos. Se requiere la participación de las diferentes denominaciones religiosas en la toma de decisiones públicas trabajando en conjunto con otros profesionales en los espacios de decisión educativas, políticas y aún económicas. Se hace urgente la creación de políticas que tengan en cuenta los valores de justicia, solidaridad y respeto que se contrapongan a las opciones deshumanizadoras y de manipulación. Las religiones debe continuar siendo proféticas y en particular defender a los más pequeños y vulnerables.

 

Trabajo en Red. Durante muchos años nos hemos dedicado entre miembros de diferentes confesiones a atacarnos “en guerras santas doctrinales” intentando en nombre de Dios imponer y vencer al otro en luchas confesionales o en “aliarnos” para atacar a quienes creemos nuestros enemigos. Es hora de parar este enfrentamiento y hacer un cuerpo común entre religiones que se responsabilicen de las problemáticas humanas de nuestro contexto nacional. Esto no significa perder las visiones particulares sino encontrar caminos y puentes que permitan dar testimonio de unidad en medio de la diversidad. Un diálogo que debe extenderse con honestidad a aquellas personas que se declaran no confesionalmente religiosas.

 

Integración con la base. No pocas veces se olvida la base popular y eclesial que sustenta la experiencia religiosa. Hemos olvidado en muchas ocasiones la voz de la gente en su religiosidad y sabiduría popular. Este es un ejercicio de humildad y de reconocer que un verdadero diálogo de libertad religiosa no es posible únicamente como resultado del encuentro entre líderes sino principalmente es el resultado de llegar a las bases para que la solidaridad sea una realidad en la vida cotidiana y local.

 

Trabajo interdisciplinario. Estamos en una época en la que el trabajo requiere del aporte interdisciplinar, de la contribución de diversas profesiones para abordar integralmente las problemáticas del país. Si la relación entre ciudadanía y religión quiere tener un futuro, debe prepararse desde ya para un diálogo honesto, confiado y equitativo entre diferentes áreas del conocimiento y en esto nos ayudarán mucho la academia y en particular las Universidades de inspiración confesional.

 

Formación de nuevos cuadros de agentes de gestión, acompañamiento y evaluación de la Responsabilidad Social de las Religiones. Es urgente la formación de un relevo generacional que permita la continuidad de la reflexión, promoción y divulgación de la responsabilidad social nacida de una Libertad Religiosa; no es suficiente la buena voluntad; es necesaria la formación de agentes idóneos que promuevan e integren iniciativas de incidencia y mutua colaboración. El desafío es diseñar un plan de formación sólido, acordar los criterios de autoevaluación de nuestra incidencia social, destacar las iniciativas exitosas y siempre recordar que junto a la capacitación instrumental y metodológica se debe fortalecer la formación Espiritual.

 

En resumen de todo lo anterior seguir trabajando con Amor para transformar a la sociedad desde adentro.

 

Los invitamos a los foros de libertad religiosa para escuchar su voz, es una iniciativa de la sociedad civil representada por la Fundación INTERFE, en alianza con Reconciliación Colombia, Organización de Estados Iberoamericanos y la participación del Ministerio del Interior.

 

 

 

Fechas

Barranquilla. 14 de marzo. Universidad Reformada.

Cali. 15 de marzo. Universidad Bautista

Medellín. 17 de marzo. Universidad Pontificia Bolivariana

Bucaramanga. 18 de marzo. Hotel Chicamocha.

 

Entrada Libre, información en www.fundacioninterfe.org

 

Su amigo

 

Fabián Salazar Guerrero

teologosalazar@gmail.com

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@teologosalazar