Fabián Salazar Guerrero. Doctor en Teología y Asesor Espiritual.
En días anteriores tuve la dicha de encontrarme con mis amigos del alma a quienes profeso profundo cariño, admiración y agradecimiento. Su presencia es para mí un regalo en la existencia y un tesoro que espero seguir cuidando desde lo más profundo de mi corazón.
Realmente más que amigos son mis hermanos y ellos inspiraron el siguiente escrito que espero refleje mucho lo que ustedes sienten por los suyos.
Ojalá que ustedes, queridos lectores, se encuentren o llamen a sus amigos y amigas para dedicarles algunas de las siguientes frases. Cada día es una buena oportunidad para agradecerles y para decirles lo importantes que son en nuestras vidas.
Gracias amigos por:
– Ayudarme a dar el primer paso en medio de la oscuridad de la noche.
– Animarme a abrir las alas para volar venciendo las tormentas.
– Mostrarme con sinceridad mis errores y aquello que no puedo reconocer.
– Empujarme a seguir subiendo escalones y evitar así que me quede estancado.
– Motivarme a afrontar la vida con una mirada positiva que supere los miedos.
– Indicarme la importancia de cerrar ciclos y de no seguir en caminos que no llevan a ninguna parte.
– Recordarme que siempre es tiempo para ser feliz y si es el caso, comenzar de nuevo.
– Desafiarme a salir adelante frente a las situaciones difíciles y dolorosas.
– Inspirarme con sus palabras para llegar a ser una mejor versión de mí mismo
– Fortalecerme para seguir avanzando sin dejar que las dudas o la críticas me detengan
– Prevenirme de todos aquellos que quieran hacerme daño o manipularme.
– Alentarme para vencer los temores por lo que vendrá en el futuro.
– Ubicarme para no exagerar las cosas y ver todo en su justa medida
– Ayudarme a sacar de mi mente y corazón todo lo que me es nocivo.
– Encontrar consuelo en los momentos de tristeza, de duelo, de traiciones y de desesperación.
– Contagiarme de su entusiasmo y llenarme de esperanza.
– Ofrecerme la sabiduría de sus consejos y el aprendizaje de sus experiencias.
– Guiarme en mis discernimientos en tiempos de toma de decisiones.
– Recordarme que nunca estaré solo y que cuento con ustedes hasta el final.
– Sentir sus oraciones y todos sus buenos deseos para que llegue a ser feliz y cumpla mis sueños.
– Alegrarse sinceramente por mis éxitos y metas alcanzadas pues ustedes han sido testigos de cuán duro ha sido el camino.
– Dedicarme su tiempo, su afecto incondicional y hasta su ayuda con recursos.
– Ser leales y cuidarme de mil maneras posibles.
– Celebrar conmigo, jugar, reír, cantar y, por momentos, viajar en el tiempo y volver a ser unos niños.
– Por existir, y de esto doy gracias a Dios y pido a los ángeles los guarden.
Gracias Byron, Iván y Alvaro por su amistad. Y gracias también por todos los amigos y amigas que la vida me ha dado la dicha de tener y aquellos que vendrán. Que estas palabras los inspiren a decirles a sus amigos lo valiosos que son.
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