Fabián Salazar Guerrero PhD. Doctor en Teología. Asesor en Belleza Espiritual.
La sonrisa es un estado de corazón que alivia las dolencias del cuerpo y del alma. Nos hace ver más hermosos no importando las circunstancias o la edad. Es una ventana que deja ver la luz de nuestra divinidad y nuestra profunda humanidad.
Todos los momentos del día son una oportunidad para sonreír y ser como un sol que ilumine el entorno.
En la mañana, al despertar, mírate al espejo y sonríete a ti mismo, date ánimo, celébrate el estar vivo un día más, eleva tu autoestima con frases bonitas de afirmación y deja de lado la autocrítica. Mírate con todo el amor que mereces y así alimenta tu espíritu.
Sonríe a las personas que te encuentres y contágialas de entusiasmo diciéndoles frases de ánimo, de reconocimiento o simplemente mirándolas con ternura, una palabra tuya puede transformar su día o hasta su vida. Sonríe también a los extraños, puede ser el comienzo de una bella amistad. En estos tiempos de pandemia hay que aprender a sonreír con la mirada.
Coloca en tus espacios físicos y virtuales fotos de ti mismo sonriendo, eso te recordará momentos felices y evocará situaciones que alegraron tu corazón, y serán como imanes que te ayudarán a crear nuevas situaciones de felicidad. Y si no tienes fotos sonriendo es momento de tomártelas.
Busca momentos para estar contigo mismo y comienza con una sonrisa, date la oportunidad de pasar a las risas y luego a las carcajadas, deja que la medicina, que es el reír, haga salir las tristezas, el dolor y hasta la enfermedad. Verás que una vez que comiences parecerá que no puedes parar. Aparte de oxigenar tu cuerpo, tu sistema inmunológico se verá estimulado con esta experiencia.
En tus imágenes de perfiles públicos sonríe, la verdad no necesitas filtros, sólo deja que tu sonrisa interior salga y regrese a ti como un espejo que refleja lo que entregas. En tus redes sociales atrévete a poner fotos tuyas que sean divertidas, mensajes de sano humor o simplemente comentarios graciosos, que pueden ser rayos de luz en la vida de nubes grises que pueden estar viviendo muchos.
Ríete de ti mismo y de tus circunstancias. Encontraras tantas y tantas historias para reírte y sobre todo te darás cuenta que en la vida no vale la pena amargarse. Comparte estas anécdotas con otros, para que puedan reírse también y aprender de tus experiencias. Deja que tu niño interior salga a divertirse y renueve tu mundo desde la espontaneidad y el asombro.
Si tienes una mascota, eres afortunado, estos seres maravillosos te sacarán sonrisas desde tu corazón y a su manera sabrás que ellos también sonríen. El sonreír es también mágico para hacer crecer las plantas, apartar las situaciones negativas y sobre todo para crear agradables espacios de convivencia.
Aléjate de las situaciones y personas que te roban la sonrisa. Toma decisiones valientes para cambiar tus circunstancias y en ocasiones es necesario comenzar de nuevo. Tu sonrisa es muy valiosa, tus labios merecen expresar la felicidad y la vida es muy corta como para desperdiciarla en tristezas y amarguras innecesarias.
Sonríe con libertad y encuéntrate contigo mismo, reserva un momento y un espacio para ti y deja que surja la sonrisa desde adentro de tu ser, de forma calmada, silenciosa y sosegada, una sonrisa interior que ilumine tu existencia y la de los demás. Deja que florezca una sonrisa auténtica, inocente y poderosa que te llene de verdadero gozo.
Entra en estado de contemplación y siente la divinidad. Siente a un Dios feliz, que junto a sus ángeles se alegra infinitamente por tu existencia.
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