La caída en los precios internacionales del petróleo se debe principalmente a tres factores: la sobre-oferta por parte de los países productores, la disminución en la demanda por parte de los países consumidores y la enorme especulación que hay en las bolsas del mundo. Algo que ha ocasionado una impresionante competencia por la participación en el mercado, lo que hace que los precios bajen aún más.
No obstante, si se tuviera que identificar el factor que más influye en el bajo precio del petróleo, sin duda alguna sería la sobre-oferta que hay por la fuerte competencia que existe entre la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y la cuestionada e incipiente industria del esquisto de los Estados Unidos. Todo por obtener mayor participación en el mercado y pretender de ese modo más hegemonía a nivel mundial.
En últimas, es una competencia de precios que se basa en vender al menor costo posible para conseguir más clientes y a la vez, quebrar a la competencia. Dichos clientes están conformados por los países consumidores, sus industrias y sus empresas. El problema es que la competencia está conformada de igual forma. Inclusive, se podría asegurar que se trata de un mercado B2B pero que debido a las implicaciones tan grandes que tiene en todos los sectores de la economía, ha pasado a convertirse en un mercado B2B + B2C + B2G.
Y es que los precios del crudo están cayendo sistemáticamente desde julio del 2014. De hecho, la semana pasada alcanzaron sus niveles más bajos desde el 2003 donde el barril de petróleo se llegó a cotizar por debajo de los $30 dólares. Lo peor es que la tendencia a la baja seguirá y podrá llegar a niveles incalculables ya que cada vez aumenta más la oferta, disminuye la demanda y se genera más especulación.
En cuanto al aumento de la oferta, a la fuerte competencia que hay entre la OPEP y la industria del esquisto de los Estados Unidos, se suma ahora la poderosa industria petrolera de Irán. Este país, tras el levantamiento de las sanciones económicas, está en capacidad de producir 500.000 barriles diarios y de forma progresiva planea llegar al 1.000.000 en los próximos 6 meses hasta alcanzar o superar sus niveles anteriores de producción y exportación, los cuales oscilaban entre los 2.3 y 2.5 millones de barriles al día. Algo que claramente influirá para que los precios sigan con tendencia a la baja.
A lo anterior también habría que sumarle la importante cuota de producción que aporta América Latina. Países como Venezuela que a su vez pertenece a la OPEP, México, Brasil, Argentina, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia (entre otros) tienen un gran peso a nivel internacional. Por dar un par de ejemplos, Venezuela cuenta con las reservas de petróleo más grandes del mundo aunque sólo produzca 3 millones de barriles diarios. Por su parte, Colombia extrae 1 millón de barriles diarios, lo que equivale a un tercio de la producción total de Venezuela y al doble de lo que actualmente produce Irán. En otras palabras, si sumamos el total de América Latina, entenderemos que se trata de un importante jugador mundial.
En cuanto a disminución de la demanda, esta se debe en parte a la des-aceleración de la economía China que es causada entre otros factores por un cambio en su modelo económico ya que dejó de hacer énfasis en el consumo interno para aumentar las exportaciones, algo que se ha visto troncado por el alto precio del dólar. Sin embargo, no sólo es China, la misma Europa no ha logrado tener un buen crecimiento a pesar de haber superado lo peor de su más reciente crisis económica y del bajo costo de las materias primas. En el caso de Estados Unidos, su economía se está empezando a ver afectada por el alto precio del dólar pues se está generando una disminución en sus exportaciones debido a que a los otros países les cuesta más comprar sus productos.
A lo anterior habría que sumarle la especulación, la cual juega un nefasto papel en todo este contexto pues es claro que tras el vaivén de los precios internacionales del petróleo, existen pequeños sectores que se están beneficiando a costa de las mayorías. La especulación de las bolsas de valores es innegable y la manipulación que realizan algunos «empresarios» a través de ciertos medios, puede hacer que el precio del petróleo baje o suba según su antojo. Un ejemplo de esta afirmación ocurrió el martes pasado, ese día después de que representantes de la OPEP y de Rusia comentaran sobre una posible alianza para eliminar el superávit del crudo, los precios tuvieron un pequeño incremento. En otras palabras, los precios subieron sólo por un rumor.
Consecuencias
Debido a la importancia del petróleo en la economía mundial, se pueden calcular varios efectos:
Al recibir menos dólares por barril, los países productores tendrán un menor presupuesto para el gasto público, lo que puede ocasionar huecos fiscales, impuestos e incrementos en los precios al consumidor. De hecho, Arabia Saudita ya cuenta con un déficit del 15% en su deuda pública por lo que ha comenzado sus planes de ahorro en medio de su esfuerzo por conservar su participación en el mercado. Otros países como Bahréin anunciaron que el precio en sus gasolineras aumentó un 60%. A su vez, Rusia informó que reducirá en un 10% su gasto público puesto que los bajos ingresos de los hidrocarburos debilitaron las arcas estatales. Por su parte, Venezuela experimenta la inflación más alta del mundo por lo que actualmente debate el incrementar el precio de la gasolina (la más económica del mundo) y reducir la ayuda que ofrece a otros países a través de Petrocaribe.
Otros Estados que aunque no hacen parte de la OPEP son productores de petróleo o cuentan con grandes reservas, también se están viendo afectados por la baja cotización internacional. Colombia por ejemplo, ha visto reducidos sus ingresos a tal punto que ha vendido su participación en empresas como ISAGEN y planea vender otras tantas como la ETB. Una decisión que aunque puede generar un alivio temporal en las finanzas, con el paso del tiempo puede traer peores consecuencias pues se está vendiendo sectores estratégicos de la economía.
Algunos países importadores se han visto beneficiados de cierto modo ya que al tener un petróleo a bajo precio pueden incentivar su industria. No obstante, debido al alto precio del dólar y del euro, sus productos finales son más costosos, lo que impide que sus exportaciones se reactiven a los niveles deseados pues a los otros países les cuesta más importarlos. Aún así, el tener un petróleo a bajo precio puede incentivar a ciertas industrias que manejen economías de escala, al menos a corto plazo. De hecho, hay quienes afirman que por cada 10% que caiga el precio del petróleo, el PIB mundial crecerá entre 0,5 y 1 punto porcentual. Cifras totalmente discutibles.
Sin embargo, el bajo precio del petróleo está afectando tanto a países productores como a países consumidores por igual. El mejor ejemplo es Estados Unidos, que aunque es uno de los principales consumidores de petróleo del mundo, también cuenta con una importante producción y reserva de esquisto. No obstante, el bajo precio del crudo en los mercados internacionales hace que las inversiones que ese país hizo en el sector no sean tan rentables, razón por la cual muchas de sus compañías petroleras están en riesgo de quiebra al punto que las acciones especulativas de las bolsas de valores se convierten en su último recurso.
Si hablamos de las consecuencias ecológicas que tiene el bajo precio del petróleo, tendremos que ser conscientes que se trata de un aumento en el calentamiento global. Al existir combustible fósil barato en comparación con las energías limpias, muchas empresas optarán por el primero sin medir el impacto ambiental, lo que ocasionará que el mundo se siga contaminando con efectos preocupantes como los experimentados en el actual fenómeno El Niño.
Posible soluciones
Disminuir la oferta por bloques: Podrá parecer obvio pero es necesario que la OPEP y los demás países productores no miembros de esa organización, se alineen bajo acuerdos de cooperación con el fin de bajar la producción, fijar cuotas de participación y así incrementar el precio en los mercados intencionales. Seguir compitiendo por la participación en el mercado mediante la sobre-producción, sólo generará que los precios sigan cayendo y que la industria se quiebre.
Crear nuevos bloques: Como se describió anteriormente, el conjunto de países productores de petróleo de América Latina podría conformar un nuevo bloque, esto mismo se podría replicar en otras regiones del mundo. De hecho, ya existe la CELAC y UNASUR, desde donde se podría contribuir a la estabilidad de los mercados internacionales.
Naciones Unidas: Otra alternativa podría venir de acciones políticas en organismos como la ONU. No es ningún secreto que el bajo precio del petróleo afecta negativamente la economía mundial y por tanto, el bienestar de la humanidad. No sería extraño que este asunto sea tratado allí con el fin de gestionar entre todos los países del mundo un incremento aceptable y la estabilidad en el precio del petróleo.
Educación: Una de las mejores formas para superar esta clase de crisis es estar en capacidad de realizar un análisis del entorno, identificar los factores que intervienen y generar las posibles soluciones. Para ello, desde este blog se recomienda estudiar un Máster en Comercio Internacional.