Resulta contradictorio que los países occidentales, supuestamente defensores de la libertad y la democracia, estén bloqueando a los medios rusos, práctica que sólo realizan las peores dictaduras.
No hay ninguna excusa y no existe un argumento válido que pueda respaldar tal medida. Lo único que esto evidencia es que quienes tanto alardean de respetar la libertad de prensa y la libertad de expresión, son los primeros en censurar.
En efecto, el pasado 01 de marzo de 2022, la Unión Europea anunció el bloqueo de los contenidos multimedia de la agencia internacional de noticias Sputnik Novosti, así como la difusión en inglés, alemán, francés y español de la cadena internacional de noticias Russia Today. Dicha medida aplica para la televisión, la radio y el internet dentro del territorio de la UE.
A lo anterior, se sumaron las compañías de tecnología de origen estadounidense como Google, que también anunció que bloqueará los canales de los medios Sputnik Novosti y Russia Today en su plataforma YouTube y en su buscador. Por su parte, Meta anunció que hará lo mismo en Facebook, Instagram y WhatsApp. A la vez, Apple retiró las aplicaciones de dichos medios y Twitter comenzó a rotular peligrosamente a los periodistas de origen ruso.
O sea, ¿si Rusia censura a los medios está mal, pero si lo hace la Unión Europea y los Estados Unidos está bien? ¿Qué dicen de esto los supuestos defensores de la libertad de prensa y de la libertad de expresión, no tienen vergüenza de justificar tal absurdo? ¿Dónde están los periodistas que cada 03 de mayo publican en sus redes sociales la famosa frase de Voltaire que reza: “Podré no estar de acuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo“? ¡Hipócritas!
Lo que está haciendo la Unión Europea y Estados Unidos es inaceptable. Censurar a los medios de Rusia es inaceptable. Socavar la libertad de prensa y la libertad de expresión es inaceptable. Mucho más cuando los europeos y los estadounidenses se han auto-proclamado “promotores de los valores occidentales”, título que nadie les dio. Mucho más cuando hay una guerra de por medio que puede escalar a nivel mundial.
Debemos entender que la Unión Europea y los Estados Unidos no pueden imponerle al mundo su versión de la crisis de Ucrania, mucho menos censurando a los medios de Rusia. Hay que tener claro que los medios europeos y estadounidenses no son dueños de una verdad absoluta como para prevalecer sobre los medios rusos.
Los ciudadanos deben ser libres de consultar medios con diferentes opiniones, enfoques y análisis. Así podrán tener mayor información sobre un determinado tema y forjarse un criterio propio. Cuando los Estados son los que arbitrariamente deciden la información que reciben sus habitantes, no hay libertad de prensa, ni libertad de expresión, ni mucho menos democracia.
Si la Unión Europea y los Estados Unidos están censurando a los medios de Rusia, es porque le están ocultando información a sus ciudadanos y porque le tienen más miedo a la verdad que a la guerra. A pesar de ello, poco a poco se irá rompiendo el cerco mediático y poco a poco se irá conociendo la realidad. Tarde o temprano, se sabrá que el villano no fue quien protegió al mundo de la amenaza nazi y que los héroes no son quienes invaden, saquean y destruyen países a nombre de la libertad y la democracia.
Entonces, cuando esta crisis termine y los europeos y los estadounidenses descubran que les mintieron y que les utilizaron, se producirá una indignación generalizada que afectará a sus respectivos Estados. Los gobiernos de estos bloques serán juzgados por sus propios ciudadanos y tendrán la sentencia que se merecen, la de salir del poder por haber manipulado a sus pueblos para perjudicar a otras naciones.
No es democrático censurar a los medios rusos. No es democrático estigmatizar a las personas de nacionalidad rusa. No es democrático prohibir habar en ruso. No es democrático impedir que los deportistas rusos participen en los campeonatos. No es democrático excluir a los artistas rusos de los eventos culturales. No es democrático sancionar económicamente a los rusos. No es democrático generar xenofobia hacia el pueblo ruso. Ese tipo de acciones nunca serán democráticas, ese tipo de acciones sólo las ejercen los más perversos regímenes fascistas.
¿Qué sigue en la lista de canalladas contra Rusia? ¿Quemarán los libros de Dostoievski, Gogol, Pushkin y Tolstoi? ¿Prohibirán las obras de Tchaikovski, Rachmaninoff, Mussorgski, Stravinski, Prokofiev y Schostakovich? ¿Destrozarán los cuadros de Kandinski?
Es oportuno recordar el artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos: Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión. Este derecho incluye el no ser molestado a causa de sus opiniones, el poder investigar y recibir informaciones y opiniones y el de difundirlas. Lo anterior sin limitación de fronteras y por cualquier medio de expresión.