Una de las cosas mas importantes a la hora de asumir la responsabilidad de nuestra salud es tener la capacidad de volvernos detectives de nuestro cuerpo, estar atentos a sus reacciones, conocernos como se navega un mapa. Afinemos el oído y re aprendamos a escuchar sus sutiles mensajes, a veces pidiendo auxilio desesperado, otras susurrando discretamente, pero siempre dándonos a conocer las necesidades de un cuerpo glorioso del que somos dueños. Hagamos el favor de atenderlas con paciencia y cariño, el cuerpo es sabio y sabe hablarnos, los que fallamos en escuchar somos nosotros. En mi formación como coach, se entrena para volver a utilizar ese compas interior que nos suministra información que nadie mas tiene, esos mensajes íntimos entre nosotros y nuestro cuerpo. Yo soy una experta en mi cuerpo, tanto como tu lo eres del tuyo. Si no utilizamos esas fuentes de información valiosa es simplemente porque no sabemos como escucharla, estamos desconectados, no sabemos que tenemos ese poder. Nadie ha convivido con mi cuerpo tanto tiempo como yo, ningún doctor ni especialista. Eso me hace una experta, y soy responsable mas que ninguna otra persona por su destino.
A veces lo que necesitamos son herramientas para re aprender ese arte que se nos refundió en el camino pero que jamás podremos perder del todo.
No existe una enfermedad o molestia que no pueda mejorar, así sea en cierto grado, si nos ocupamos de nuestras necesidades, si nos damos lo que necesitamos cuando lo necesitamos. Tal vez sea consumir mas líquidos, proteínas, dejar los lácteos o simplemente descansar mas. Es un arte, se pule con el tiempo, pero es posible. Se trabaja como un músculo, se fortalece con la conciencia diaria en nuestra toma de decisiones. Nuestro norte es fortalecer el vinculo con nuestro cuerpo, seguir sus instrucciones, responderle con el mismo compromiso que él nos demuestra al sostenernos frente a cualquier marea de la vida.
Aprender a escucharnos puede ser de gran ayuda para tratar alergias alimentarias, enfermedades autoinmunes, problemas gástricos y muchos otros. Por ejemplo, si sospechamos que tenemos una alergia alimentaria que nos causa gran malestar y además genera inflamación interna de tejidos y órganos, podemos tomarnos el tiempo para hacer un ejercicio. Los principales alérgenos son: la soya, el maní, el huevo, los lácteos, el gluten y mariscos. Puedes intentar eliminarlos durante 8 días y después re introducirlos uno a uno, comiendo el alimento en desayuno, almuerzo y comida por dos días, y observar reacciones. Al tercer día, introduces un segundo alimento y así sucesivamente. Es un ejercicio útil que no necesita de ningún especialista externo, solo de tu atención y cuidado.
Nunca es tarde para aprender a escuchar tu cuerpo, tu eres el maestro y guía de esa búsqueda, nadie sabe mas sobre tu maravilloso cuerpo que tu. Puedes pedir ayudas y herramientas externas, pero no olvides que el experto eres tu!
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