Hace poco leí una frase muy cierta que dice, «la experiencia que te da la vida es dura porque primero te da el examen y después el aprendizaje». En mi vida he tenido varios exámenes, que llegaron sin previo aviso e inevitablemente no supé contestar. Algunos los pasé, en otros me rajé, pero de todos aprendí. Gracias a esos descarnados procesos de aprendizaje, hoy sé que poco sé. La magnitud de la vida es tan amplia que poco comprendo sobre los porqués del girar de sus ruedas. Si antes me sentía capaz de asegurar cosas, hoy lo hago con extrema cautela, si es que me aventuro del todo. Hoy en día prefiero liberarme de la arrogancia ignorante que nos convence de poseer verdades.
Sin embargo, el post de hoy se trata precisamente de algunas de las cosas que sí sé con seguridad, observaciones sobre mi vida y el mundo. Estas son solo algunas, más adelante escribiré otras cosas que considero verdad, me arriesgo a decirlo.

1. Sé que ser valientes siempre paga. Cuando estamos enfrente a un conflicto de la vida, ya sea de tamaño huracán o simple llovizna, a veces queremos desviar nuestra atención, evitar o negar. Estar presentes siempre nos lleva al otro lado del conflicto, donde el viento es sereno y la marea tranquila. En este mes del calendario Piel Roja había una frase que me gustó. Todo es difícil antes de ser fácil. Llegar a ese fácil se hace con valentía.
2. Sé que los seres humanos nos conectamos entre nosotros gracias a nuestra doliente y maravillosa humanidad compartida. Seguramente también nos conectamos de maneras metafísicas que no puedo comprender, pero lo que sí puedo ver y comprobar es que nuestra humanidad nos hace una gran familia. La empatía que podemos sentir con el sufrimiento ajeno, cuando nos vemos reflejados en los ojos del otro, todo esto son maneras de conectarnos mas allá de nuestra realidad aislada. Somos uno en un sentido muy real y tangible porque somos parte de una especie que siente, anhela, teme y sueña cosas muy parecidas. Todos queremos sentirnos amados, protegidos, seguros. Una madre ama a su hijo y entiende qué significa el amor de madre, en cualquier parte del mundo.
3. Sé que la realidad es una cosa y nuestra percepción de la realidad otra muy distinta. Creemos con convicción férrea que algo es de cierta manera pero, ¿qué pasa cuando otra persona ve otra cosa y está mirando lo mismo que nosotros? La vida es amplia y relativa y como dicen los indígenas hawaianos, lo que es “pono” en un momento, deja de serlo al siguiente. Pono es una palabra de mucha sustancia para ellos y traduce algo así como adecuado o correcto. Tengo esto en mente y lo creo verdad. Me ayuda para saber que mi realidad es solo mía y hay gran libertad en saber que esta sujeta a modificación.

Coach de nutrición
Institute for Integrative Nutrition