Como muchos, me levanto hoy con un hueco en el estomago. Se siente como un lunes sin promesa, cubierto por la tristeza. Ayer perdimos algo, una posibilidad de cambio que se ofrecía a un país herido por la violencia. Quiero ver este resultado como una oportunidad, pero aún siento mis emociones latiendo con fuerza. Tengo tristeza y frustración. Quiero respetar a la gente que votó NO, porque sé que no son malas personas, tampoco quieren ver más sangre derramada. Pero no puedo evitar sentir la desilusión de no haber iniciado ya un proceso de Paz del que mi hijo verá frutos cuando sea mayor.
Las poderosas fuerzas políticas que movilizaron el NO tienen una gran responsabilidad, espero sean conscientes de esto. Cuando miles de hombres, mujeres y jóvenes quieren dejar el fusil, y no se les permite, debemos mirar con cuidado qué es exactamente lo que buscamos. Sabía que el camino con el SÍ iba a ser difícil e imperfecto, pero aún así, quería caminarlo. Quería ver qué pasaba con nuestra sociedad cuando guerrilleros y víctimas compartieran plataformas legítimas de opinión publica. Quería correr ese riesgo, quería ser testigo ese magistral experimento que nos permitía reconciliar nuestras heridas colectivas.
De nuevo, a la gente detrás del NO, no hay tiempo que perder, hoy es el día en que ustedes son parte de una solución efectiva que todo el país apoyará. Y rápido. Demuéstrenos que su decisión tenía validez y sabían lo que hacían. Muéstrenle a la víctima que estaba lista para perdonar que su reconciliación puede ser aún más profunda, que existe un acuerdo que la respalda aún más estrechamente.
Yo cumpliré mi parte y tramitaré mis sentimientos de ira y frustración. Lo haré porque si me quedo nadando en este caldo, no veré la luz de una solución. A todos lo corazones rotos de este lunes, los invito a no ser agresivos ni violentos con la gente que voto NO. Eso solo nos aleja de nuestro único norte, la Paz.
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@camilasernah