Empezó un nuevo año. Estos primeros días vienen con la sensación de promesa, como si el cierre abriera una oportunidad para ser algo nuevo. Estamos cargadas de esperanza por lo que viene. Este inicio simbólico es un momento perfecto para evaluar y crear nuevos compromisos, por eso quiero hablar de los propósitos. Porque conozco muy bien el destino fatídico de la gran mayoría de los propósitos, hoy quiero darte consejos prácticos y comprobados, por areas como la neurociencia, para que este año logres tus metas.
Bueno, empezamos.
- Elegimos un propósito de este estilo: quiero bajar 10 kilos. Te suena bien. No imaginas nada mejor. Pero la realidad es que no tiene ninguna emoción detrás. Tienes que engancharte con la emoción, lo que sentirías al perder esos 10 kilos, que para ti puede ser alegría, libertad, vitalidad. Debes revivir esa emoción en tu cuerpo y visitarla todos los días. Esta emoción te dará un sentido de propósito, lo cual es más fuerte que apoyarnos solamente en la motivación (que es pasajera).
- Elegimos sin conocer plenamente las razones por las cuales queremos lo que queremos. Revisa bien el porque quieres lo que quieres, y cuando lo tengas claro, escríbelo y revísalo todos los días. Estas razones deben ser congruentes con quien eres, con tus valores, tu visión de ti misma. De esta manera sabrás que te cuesta no hacer lo que quieres hacer, serás consciente de las consecuencias.
- Cuando se trata de adquirir un nuevo habito, la frecuencia es mas importante que la intensidad, así que no te pongas metas imposibles, solo asegúrate de darle tiempo todos los días a eso que quieres hacer. Es común oír que un habito se genera en 21 días, pero la evidencia muestra que es mas largo que esto, siendo 100 días un tiempo prudente para comprometerte con tu propósito y empezar a establecer nuevos y arraigados circuitos neuronales.
- Esto es muy importante: debes identificar la resistencia cuando ocurra. Te puedo asegurar que habrá resistencia. A tu cerebro le cuesta asimilar el cambio, lo percibe como potencial amenaza. Por eso, tienes que estar vigilante de tu resistencia e identificarla cuando ocurra, de manera que puedas elegir como actuar en lugar de inconscientemente sucumbir ante ella.
- El ultimo punto también es clave. El cambio es gradual. Empieza pequeño, escoge algo sencillo con lo que te puedas comprometer y garantizar el éxito. Si quieres comer mejor, no digas, “voy a comer mejor”, esos es muy general. Escoge algo especifico, concreto y simple que te acerque a tu gol general, por ejemplo, tomaré más agua o incluiré una fruta al desayuno. Asegúrate de celebrar tus triunfos.