La vida nos lanza flechas. Tenemos poco control sobre el tiempo, velocidad o intensidad de la flecha. A veces, llegan y nos desorientan. No esperábamos semejante golpe. Lo único cierto en cuanto a estas flechas, es que a todos nos alcanzan, en algún momento. Ahora bien, lo interesante es que hay una segunda flecha, de nuestra creación. Esa duele más. Es una teoría que el Buda compartió en sus enseñanzas.

La primera flecha hace parte de los 10,000 dolores de la vida. Inevitables y naturales.

La segunda flecha, es nuestra resistencia a la primera flecha. Es creer en el error. Y confiar más en la pequeña parte interior que busca explicaciones y comodidad. Como humanos, estamos equipados para recibir la primera flecha. Podemos tolerar dolor. Pero la segunda, es intolerable.

Gendun Ripoche dice: “La felicidad no se encuentra con grandes esfuerzos y fuerza de voluntad. Ya esta ahí, en la relajación y la entrega. No te esfuerces, no hay nada que hacer. Aferrarse a lo que no deja agarrarse es estrés inútil.”

Nos cuesta relajarnos ante la vida. Me pasa también. Les pasa a mis clientas. Veo nuestra tendencia a buscar control y sujetarnos fuerte. Lo único cierto es que esta manera de ser nos aísla de la vida porque poco confiamos en ella. Tal vez no exista peor flecha que esa.

 

Para más artículos de interés, visita: www.francamaravilla.com

Conoce mi curso virtual gratuito: ¿Cómo sanar la relación con la comida?