Me pareció incómodo el titulo de mi libro. Yo debería ser flaca es una declaración que le habla al mundo interno de las mujeres. Es incómodo porque nunca lo decimos abiertamente.

No decimos: «estoy a dieta porque yo debería ser flaca».  El lenguaje se usa para encubrir la creencia. Decimos: hago dieta por salud, hago dieta para sentirme mejor conmigo misma, hago dieta para verme como me quiero ver. No hay incomodidad ahí, porque eso hace parte de lo que hace una mujer que cumple. Y, muy abiertamente, nos ponemos a dieta, dejamos el gluten o los carbohidratos, hacemos détox y tomamos jugo de apio.

Pero, lo que hay en el fondo, el «yo debería ser flaca», no lo miramos de frente. Tal vez sea porque no nos gusta el tono o el hecho de que implica reconocer que creemos en un derecho que ha sido negado. Ser flaca es algo que creemos que debería ser nuestro.

Sospecho que no es ser flaca lo que creemos que debería ser nuestro derecho, es la libertad para usar el cuerpo como lo usan las personas flacas.

Es lo que implica, lo que representa vivir en un cuerpo que se acepta o, mas bien, que se venera.

En este episodio del podcast, hablamos con Liliana Gaviria, cofundadora de el movimiento social El Cuerpo que Somos. Tengo la fortuna de encontrarme personas como ella, que están dispuestas a indagar en sus propias creencias sobre el cuerpo, a retar lo que se asume como cierto y a compartir sus enseñanzas con todas las mujeres.

Escucha el episodio acá.
Camila Serna