Decidí estudiar e investigar sobre la autoestima porque nada importa más que nuestra capacidad para querernos. Nada afecta más nuestra vida que nuestra opinión sobre lo que podemos hacer, y lo que no.
Ser coach de alimentación consciente me enseñó que la comida es un producto de nuestro autoconcepto. Te puedes quedar toda una vida hablando de qué comer, pero el corazón del asunto es interno. En mis averiguaciones aprendí que la autoestima tiene dos componentes principales:
- Nuestra confianza en que sabremos enfrentar las facetas difíciles de la vida.
- Nuestra capacidad para abrir el corazón y saber que merecemos ser felices.
La primera reconoce que la vida te lanza flechas, como decía el Buda. Unas que no esperas y que te duelen. Una autoestima fuerte entiende y acepta esta faceta de la vida y te prepara para lo que venga, sabiendo que tendrás los recursos para manejarla y para aprender de ello.
La segunda te dispone para disfrutar la vida. Te permite ver belleza y alegría en el hecho de estar viva. Es una cualidad de apertura que te ayuda a recoger el fruto de tus esfuerzos, a relajarte en tu piel, y a abrir el corazón.
Quererse te sostiene. No lo consideres trivial o lo creas egoísta porque cultivar el amor propio es exactamente lo que el mundo necesita. ¿En cuál de los dos componentes te sientes más fuerte? ¿Cómo podrías fortalecerte en el componente que más te cuesta? ¡Cuéntame tus respuestas! Camila –
www.francamaravilla.com ___
Como sabes, escribí un libro que se llama
Yo debería ser flaca, en el cual exploro a profundidad la relación de las mujeres con su cuerpo y con la comida y los paradigmas culturales que nos llevan a creer que nuestro cuerpo es insuficiente. Te invito a una charla gratuita para que hablemos sobre estos temas. Si quieres asistir, inscríbete en este
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