Tener atracones es la manera de tu cuerpo de decirte que no tiene suficiente alimento. Para todas las mujeres que tienen episodios de descontrol con la comida, les digo: no están solas. Los atracones son frecuentes porque hacer dieta es frecuente. De hecho, muchas clientas se sorprenden cuando saben que un atracón es un mecanismo adecuado y adaptativo del cuerpo, y no una especie de defecto del ser.

Si lo miras bien de cerca, te das cuenta de que una dieta es un estado de hambruna auto-inducida. Es decir, le estamos dando menos calorías al cuerpo de las que necesita. Como el cuerpo tiene la misión de sobrevivir y la comida no es opcional, desencadena procesos biológicos naturales, que están fuera de nuestro control consciente. Uno de ellos es tornarnos ansiosas con comida; de hecho, a penas si podremos pensar en otra cosa. Nuestro cuerpo magistralmente nos obliga a buscar comida. Podemos pasar por encima de este mecanismo biológico con fuerza de voluntad temporalmente, lo cual implica un desgaste considerable de energía, pero, eventualmente, la pita cede. El autocontrol se disminuye y ocurre lo que la investigadora Janet Polivy PhD describió como el «efecto qué carajos», en donde sentimos que, si ya hemos roto la dieta, tenemos “permiso” para comer todo lo que se atraviesa.

Tiene sentido, hemos heredado la biología del humano primitivo que vivía en competencia con otras otras especies por alimentos; morir de hambre era una posibilidad real. Nos adaptamos para comer sin control para llenar nuestras reservas si está prendida la alarma de la hambruna.

Todo esto para decirte que, un atracón es normal o, más bien, adecuado.
Sé que son incómodos y la idea es aprender a comer sin oscilar entre todo o nada, pero hay sabiduría en los procesos del cuerpo.

Ahora bien, este y otros temas los tocaremos en el programa de coaching grupal que inicia en Marzo 9. Veremos cómo podemos superar esta manera de comer compulsiva. Más información acá.

Camila Serna

Coach y escritora

www.francamaravilla.com