En mi mesa de noche tengo un libro titulado Permiso para sentir por Marc Brackett.
Lo compré porque este es el permiso que falta, del que más sacaríamos provecho. Pienso en el permiso para sentir como el bálsamo que nos permite tocar nuestra humanidad, tal cual es, dejando que las emociones fluyan, que vayan contando sobre lo que ocurre afuera y adentro.
Esta semana lancé por Instragram un video educativo sobre la culpa al comer.
Quise iniciar esta ronda de videos con este tema porque la culpa es una de las principales emociones que nos muestran que algo sucede en nuestra relación con la comida. La culpa es un indicador de expectativas rígidas frente a la comida; es señal inequívoca de que nos sujetamos fuertemente a creencias absolutas sobre lo que “deberíamos” estar comiendo.
No sugiero a las mujeres que le hagan la guerra a la culpa, pero sí las invito a investigar. Si le seguimos el rastro nos puede mostrar el universo complejo que sujeta una lucha con la comida. Podemos encontrar creencias interiorizadas de gordofobia, de miedo a la comida, de miedo a engordar, de una búsqueda de pureza que hasta tenga su traza de discurso religioso.
Al final, lo que queremos es investigar: ser un científico emocional, como lo dice el autor del libro que por estos días me acompaña.
Te invito a ver el video ¡acá!
Camila Serna
www. francamaravilla.com