Una dieta es el acto voluntario de restringir nuestra comida.

Hoy en día, esta definición es importante porque la cultura de la dieta se disfraza para vender formas restrictivas de comer, llamadas muy ingeniosamente: estilo de vida o alimentación inteligente.

Pero hay que tener una cosa clara, si estás comiendo menos de lo que necesitas comer, estás en una dieta.

¿Qué pasa con nuestro cuerpo cuando hacemos una dieta?

Nuestro cuerpo está diseñado para sobrevivir y comer es absolutamente necesario para ello. Cuando no comemos lo suficiente, pensaremos, naturalmente, más en comida y estaremos más irritables y ansiosos.

La cultura ha divido el mundo de la comida en dos: buenos y malos. Esto ocurre en la medida en la que hacemos dietas, puesto que vamos perdiendo una naturalidad con la comida. Pero, ¿será que estas categorías y juicios nos guían y fomentan mejores decisiones? La verdad es que ocurre, en muchos casos, el efecto contrario. La rigidez inhibe la capacidad de comer desde la sabiduría del cuerpo, en donde nos auto-regulamos con la comida, sin esfuerzos y, sin la necesidad de reglas.

Estos distanciamientos de confianza nos hacen creer en una realidad que no es y golpea nuestra autoestima. Creemos que, si no podemos sostener una dieta, es nuestra culpa, y que, si empezamos a tener atracones, se deben a una supuesta naturaleza insaciable y descontrolada. La restricción puede crear una cascada de culpa con la que no tienes ningún control.

Vamos al fondo, te invito a escuchar el siguiente episodio del podcast de Yo debería ser flaca en asocio con Caracol Radio acá.

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Un abrazo,

Camila Serna

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