En algún punto, todos hemos sentido esta presión por estar bien, por ser positivos y felices, aun cuando nuestro interior duele.
Hoy reflexionemos sobre el mandato del positivismo, sobre su manera de hacernos creer que es sostenible o deseable sostener un estado mental de absoluta positividad.
Creer en este positivismo absoluto, sin posibilidad de una emoción incomoda o turbia, es asimilable a creer en la viabilidad de un día sin noche.
Además, en este mandato hay un quiebre irremediable: no podemos controlar nuestros pensamientos. Estos aparecen y ya. Y si te asalta un pensamiento negativo o limitante o hiriente, ya está. Apareció.
Y si lo suprimes, se vuelve más fuerte. Esto tiene un término que la psicología utiliza, se llama amplificación.
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Camila Serna, coach, escritora, podcaster
Instagram: @franca.maravilla
Autora del libro Yo debería ser flaca, publicado por Penguin Random House