Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

Desde hace mucho tiempo quería dedicarle una entrada en este espacio en El Tiempo a una actividad que cambió mi vida para siempre y que hoy más que nunca, reafirmo que no hay vuelta atrás luego de haberla conocido.  No obstante, cada coyuntura parecía más apremiante hablar sobre la importancia de las instituciones en una democracia como la colombiana, o incluso, lo absurdo que sería hacer una asamblea constituyente. Hoy, luego de varios meses de haber pospuesto esta entrada -y considerando que ya muchos han explicado de manera recalcitrante que el Gobierno tiene razón y subir el ACPM es lo correcto-, doy espacio a contarles sobre un hobby que no es ‘solo un hobby’ sino que se volvió un ritual irremplazable e incomparable en mi vida.

Luego de 27 años de vida, afirmo con total seguridad y convicción de que correr es el evento que más ha impactado y redirigido mi existencia como ser humano. Y a lo mejor y muchos al leer estas palabras se asombren diciendo que es un exceso o que sencillamente, me falta vivir más. Aún así, estoy segura de que correr es tal vez el deporte que más paralelos tiene con la vida misma.  A continuación les comparto tres reflexiones que he pensado mientras corro y que a lo mejor, sea el inicio de convencerlo a usted de que debería empezar a correr.

La primera referencia a que los límites no son más que una invención misma producida por la duda y el miedo. Como en la vida, siempre hay días en que las piernas están pesadas y en los que cada zancada es una agonía física y aún más cuando la respiración es agitada y sencillamente llega el pensamiento invasivo de ‘¿por qué hago esto si nadie me está obligando?’ o ‘ya no puedo más’. De esta manera, de kilómetro en kilómetro nos generamos limites ante una visión inventada de que es imposible lograr el objetivo del entrenamiento o incluso la carrera. Sin embargo, la breve percepción de victoria y grandeza de haber terminado lo que consideramos mil veces imposible física y mentalmente es una sensación única que ningún ser humano debería morir sin haberla experimentado, pues esos cortos minutos luego de cada entrenamiento en donde sentimos ser invencibles y nos sentimos más grandes que nuestros propios límites, es de los momentos en donde se siente de manera inconmensurable la fortuna de estar vivos.

La segunda la plasmó Nike en su más reciente campaña: ganar es incómodo. Pocas cosas más desafiantes que levantarse a las 5 a.m. mientras llueve y ventea como lo hace en Bogotá a correr. Qué chocante es la sensación de sentir el agua de un charco entrarse en nuestros tenis y luego en las medias, o aún peor, la impresión de estar cargando un kilo de más por tener la ropa mojada al mismo tiempo que se lidia con el frio de la madrugada en la cara y el pensamiento repetitivo de ‘podría estar en mi cama’. Sin embargo, el resultado final luego de una competencia es el espejo mismo del entrenamiento. La mejor evidencia en mi caso fue la Media Maratón de Bogotá. Apostaría que el 40% de los entrenamientos de los que vivimos en la capital fueron en las peores condiciones climáticas para que el día de la carrera, más de quince mil personas corriéramos veintiún kilómetros con un kilo de más reiterando luego de cruzar la meta que, ganar es incomodo.

Finalmente, la tercera y tal vez la más importante es que no hay espacio para la mediocridad, pues cada entrenamiento cuesta y duele pero los corredores tenemos presente sin falta que no importa que tan difícil sea, siempre dolerá más no terminarlo.

Estoy convencida que correr cambia vidas, al final lo que empezó como un hobby o una herramienta para perder peso se volvió en un rito sagrado de meditación en movimiento constante y una razón para empezar agradeciendo la inmensa fortuna de estar viva. Nada de esto hubiese sido posible sin los coaches Jermán y Jairo, quienes siempre han creído en la grandeza de sus atletas en JC Running. A quien me lea: Ojalá y estas palabras lo hayan hecho considerar así sea un milisegundo que debe empezar a correr o aún mejor, luego de leer esto, se ponga unos tenis y salga a la calle a correr unos metros, pues al final correr es mejor cuando somos más en las calles. Nos vemos en la ciclovía.

Compartir post