En la gran derrota de Colombia frente a Nicaragua, debido a la decisión del tribunal de La Haya sobre el territorio caribeño, se ha culpado a los abogados que como país contratamos (con toda la razón) y a los expresidentes de la época (Juan Manuel Santos, Álvaro Uribe, Andrés Pastrana, Ernesto Samper y César Gaviria).

¿Y cuál es la responsabilidad de los embajadores que en los últimos años estuvieron representando a Colombia ante los Países Bajos? Recapitulemos: Juan José Quintana, Eduardo Pizarro León-Gómez, Federico José Lloreda, Guillermo Fernández De Soto, Alberto Villamizar, Carlos Gustavo Arrieta y Francisco Posada de la Peña.

Evidentemente, todos han sido nombrados como producto de favores políticos, y, aunque hay que reconocer que entre este tipo de diplomáticos algunos resultan más capaces que los de carrera, en esta ocasión varios de ellos no tenían mayor conocimiento sobre derecho internacional. En términos generales, no ha habido hasta hoy un embajador de Colombia ante los Países Bajos que contribuya de manera significativa con la defensa del territorio colombiano. Y esto sucede porque, en algunos casos, los diplomáticos que nombramos optan más por irse de vacaciones que a cumplir una agenda de prioridades en los temas bilaterales, o no tienen idea del tema.

En realidad, no se puede pedir mucho en materia de defensa del territorio ante el Tribunal de La Haya, en un país en donde más del 80 por ciento de los jefes de misión corresponden a nombramientos por favores políticos de personas que ni siquiera hablan inglés (menos aún se puede pedir que se inquieten por una agenda internacional que no van a entender). No extraña, entonces, que los únicos (o por lo menos cuyas voces sonaron en el momento) que anticiparon lo que se venía en relación con Nicaragua fueran el expresidente Alfonso López Michelsen y el experto en derecho internacional, Enrique Gaviria Liévano. Pero nadie les puso la más mínima atención.

Por eso, la derrota de Colombia frente a Nicaragua es por ‘W’. Porque, mientras los abogados Carlos Gustavo Arrieta y Manuel José Cepeda, dos hombres muy ocupados como para dedicarse de lleno a la defensa del territorio colombiano (según María Isabel Rueda, el primero estaba en casi todos los casos de defensa del Estado y hasta en la junta directiva de Reficar, y el segundo en la elaboración de los 75 puntos de la justicia transicional), no lograron el fallo a favor nuestro, los embajadores brillaron por su falta de gestión, los cancilleres no priorizaron el tema y los expresidentes se dejaron coger ventaja frente a cualquier pronunciamiento de La Haya. Recordemos el suceso en el cual el expresidente Álvaro Uribe se compromete con el mandatario nicaragüense, Daniel Ortega (así se registró en una cumbre en República Dominicana), a respetar lo ordenado por el Tribunal de La Haya.

Hoy, lo cierto es que Nicaragua aprovechó que Colombia había llegado al año en el que podía hacer efectivo el retiro del Pacto de Bogotá para extender dos nuevas demandas, en las que argumentaba el incumplimiento sobre el otorgamiento de una plataforma continental extendida y más de 75.000 km. de territorio. Nos ganaron. Y sin esa porción de territorio, en donde hay enormes riquezas pesqueras, no me extraña que nuestros isleños estén reclamando la nacionalidad nicaragüense.

Juan Manuel Ramírez Montero
Analista y consultor privado
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