Es el año 2034; hace dos años que la mayor Kusanagi Motoko se ha retirado del servicio en la Sección 9 de Seguridad Pública, de la que era comandante. El terrorismo mundial, habiendo superado las barreras del mundo físico, se trasladó a la Red.
A los 6 años de edad la mayor sufrió un accidente aéreo que obligó a implantar su cerebro en un cuerpo cibernético; su capacidad de maniobra, gracias a su cuerpo artificial es sobrehumana, pero aún la asaltan recuerdos de su infancia… Mientras tanto, la unidad élite de policía debe continuar a la cacería del misterioso Puppeteer, tras una serie de misteriosos suicidios.
Los personajes principales se debaten en sus propios conflictos internos, como la identidad del ser humano y su propia naturaleza, pues son en realidad más máquinas que humanos, y al tiempo deben perseguir al terrorista, que ha cometido varios crímenes con un mismo modus operandi: el ghost hacking, que consiste en hackear y tomar control total de la mente de un ser humano. Durante la investigación todos son sospechosos, empezando por la misma mayor Kusanagi Sana, hasta que descubren que el Puppeteer es en realidad un proyecto de inteligencia artificial desarrollado y controlado por el gobierno, que dirige la Comisión Nacional de Seguridad Pública, a la que pertenece el grupo élite.
Finalmente, sus excompañeros terminan descubriendo que ella ha aceptado voluntariamente que el Puppeteer tome control de su conciencia y comparta su cuerpo, generando aún más dudas acerca de la naturaleza humana.
Esta es la historia que se desarrolla en Ghost in the shell: stand alone complex – solid state society, una producción basada en la obra de Masamune Shirow, que es sólo parte de la gran cantidad de produciones para cine, televisión y videojuegos que de la misma ha sido realizada.
Una cybersexyantihackingcop que vale la pena ver… sólo por el divertimento del momento aunque, si a usted le gusta hacer análisis filosóficos y/o es crítico, también le será de provecho, sin duda!
Carlos S. Álvarez
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