Estamos esta semana en el tema de cómo algunos colombianos se aprovechan de quienes han fallecido, ya sea de su nombre, de sus documentos, o de lo que queda de su cuerpo. En medio de tanta violencia parece que ni siquiera después de muertos los colombianos pueden descansar en paz.
Es ya vox populi que en Colombia los muertos votan, pero también que les pagan contratos y los han vacunado contra el Covid -la capacidad y velocidad de adaptación para aprovecharse de los recursos públicos es increíble-. Uno pensaría que este fenómeno se da solo en la edad aproximada en que el ser humano fallece, pero no ¡hasta en la alimentación escolar se han encontrado registros de muertos que han recibido este beneficio! Todo esto en cuanto al aprovechamiento del nombre de los que han dejado este mundo. Pero también se está hablando del cartel de las tumbas y osamentas, de manera que además se está haciendo uso indebido de los restos mortales, de quienes sus almas deberían estar descansando en paz.
Esta semana se encuentra en debate una diferencia de más de cinco millones de personas en la población de Colombia y, en lugar de ponerse de acuerdo, las cabezas de dos instituciones salen a los micrófonos a restarles credibilidad a los entes gubernamentales que representan. Pero para no salirnos del tema la pregunta obligada es ¿esa diferencia es parte de la Colombia Zombi? ¿Son cédulas de personas que ya fallecieron, que se encuentran listas para las justas electorales que se avecinan? ¿Quiénes las van a usar?, ¿“los buenos”, “los malos” o ambos? Algo si es seguro: todo el que las use es oficialmente malo. Por lo menos el Director del Dane, al señalar las cifras de la Registraduría en la búsqueda de la diferencia, señala 3.7 millones de personas fallecidas; aunque no especificó en qué lapso, cómo y por qué pueden ser parte de esa diferencia.
En caso que esas 5´000.000 de cédulas de descuadre fueran a votar, pueden hacer una gran diferencia en el resultado de las elecciones. La diferencia en la votación para Presidente en las ultimas elecciones fue de 2´351.240; pero en las elecciones de congreso es dramática, pues un congresista puede ser elegido con 20.000 votos. Eso quiere decir que con cinco millones de votos pueden ser elegidos muchos ¿Será que la Colombia Zombi va a ser definitoria en el proceso electoral para presidente y para el congreso? no solo con ese desfase de potenciales electores, además en elecciones pasadas han habido zombis ¡que han financiado campañas!
Surge también la pregunta si la cantidad de personas que fallecieron con motivo de la pandemia ha sido bien relacionada y debidamente deducida de las cédulas que ya se encontraban registradas de manera permanente en diversas localidades. Las cifras oficiales de fallecidos por Covid señalan 127.000 fallecidos. A eso hay que sumar los que no aparecen registrados en esas cifras, los desaparecidos, muertos por otras causas en lugares apartados y otras tantas inexactitudes que pueden existir. Por otro lado, el numero que presenta la registraduría es tan alto que el Dane dice que nunca se ha llegado a una población de 55 millones.
Pero, ¿cuál es el interés en tener cifras infladas? Bueno, muchas. Puede ser error en el conteo de las personas fallecidas, como también puede ser por la asignación de recursos y partidas que tienen que ver con la cantidad de habitantes registrados; y, pensando en elecciones el censo electoral, nada menos que las personas habilitadas para votar y los umbrales involucrados, que van a definir curules.
Todo lo que tiene que ver con la Colombia Zombi esta intrínsecamente unido a la corrupción. Un país zombi hace gastos sobre necesidades inexistentes. Es un flujo de dinero que paradójicamente va hacia el bolsillo de los más vivos, pues al tener un número mayor que el real se requieren más recursos para copar la necesidad mostrada y en muchos frentes requiere de más impuestos para suplirla. Mayor gasto en vacunas, mayores recursos en ayudas humanitarias. En lugares con calamidades donde habitan 10.000 personas se registran entregas a 15.000, incluyendo los zombis. Igual para la entrega de ayudas a victimas del conflicto que ya han fallecido, pero los desembolsos continúan.
En el caso de las vacunas y otras deformaciones en las cifras que cargan el sistema de salud, mientras se da dinero para los zombis, el dinero no alcanza para pagar los médicos que arriesgan su vida ayudando a los colombianos a sobrevivir el impacto de la pandemia. A la primera enfermera vacunada en Colombia le debían dos meses de sueldo, pero mientras tanto se han entregado dineros cumplidamente para cubrir las necesidades de salud para los zombis.
Por falta de recursos existen miles de trabajadores que no les han pagado, como en la educación. Mientras con unas partidas alimentan supuestamente a los zombis, hay profesores a quienes no se les ha pagado uno o varios meses. En estos casos no solo llama la atención la eficiencia con que se pagan los recursos para los zombis, sino los funcionarios que se apropian esos recursos, mientras se deja pasar hambre a personas tan importantes para la sociedad, como son los miembros del cuerpo médico (en especial en pandemia) y de la educación, entre otros.
Así mismo por falta de dinero, a muchos gremios se les retardó el pago del aumento anual y eso sin contar que en algunas nominas en el país pueda haber zombis. Personas viviendo con el costo de vida de hoy con el escaso salario del año anterior, mientras a los muertos les llegan puntualmente los dineros.
La pregunta es ¿qué se va a hacer para evitar en las próximas elecciones que los zombis voten? Como todo, el problema no es solo que los elijan con votos de los fallecidos, es que quien es elegido con esas cédulas luego será el funcionario acostumbrado a usarlos. Lo hará en la nómina oficial, lo vacunará, le dará ingreso solidario o ayuda humanitaria por cualquier cosa que suceda en su región, le dará alimentación escolar mientras deja sin ella a la cantidad equivalente de niños. Es decir, ganar la curul o el cargo de elección popular será una bola de nieve dentro del presupuesto que administre y los colombianos correspondientes no podrán recibir lo que a nombre de los zombis los funcionarios más vivos se están embolsillando.