Como he dicho en varios de mis blogs, uno de los males que tiene nuestro país es la polarización que se ha metido transversalmente en todos los campos y nos tiene sumidos en la mediocridad. Todo lo que sucede en el país es bueno o malo dependiendo de quien lo haga, no de la calidad, conveniencia y eficiencia de sus resultados. Eso lleva a que muchas cosas no funcionen bien a nivel nacional, regional o local, y quienes son de la orientación política del mandatario de turno tiene las de ganar. Si hay alguien que opine en contra lo califican como opositor al gobernante, por objetiva que sea la crítica o justa que sea su exigencia. Los áulicos del partido de gobierno entran en masa a atacar a quien critica y el gobernante se siente protegido en su mediocridad, la cual continua y los ciudadanos pagamos las consecuencias.
Tras esta polarización se esconden todos los males del país. Así está diseñada. En muchos lugares de Latinoamérica sucede y hasta se logró exportar a Estados Unidos en las últimas elecciones, hasta el punto que el cine sacó una película al respecto, No mires Arriba, una apología a la división entre los que miraran hacia el cielo y veían que venía un asteroide contra la tierra, los cuales eran traidores anti gobierno, y los que caminaban mirando hacia abajo, fieles patriotas. Como resultado, el asteroide golpeó el planeta y ambos bandos, los que miraban hacia arriba y los que no lo hacían, fueron destruidos por la pedrada celestial; mientras tanto, el gobierno, con esa risa malvada, ya tenía su plan B: un cohete y un planeta, a donde los miembros más prominentes de ese gobierno fueron llevados.
En tres semanas, el 13 de marzo, tenemos la oportunidad de dar una gran muestra de que estamos cansados de la polarización, ya que los polos extremos están claramente definidos: uno no tiene tarjetón y el otro está todo reunido en un pacto con consulta propia, de manera que es sencillo votar en contra de este mal. La solución es votar por alguna de las otras dos alternativas El Equipo o la Coalición; esto, no solo va a definir los candidatos de esos dos grupos, va a mostrar a los extremos que nos tienen peleando durante los últimos años, que sí creemos que hay alternativas, que no nos vamos a pasar otros 4 años insultándonos por quien es amigo del coco de un lado o del coco del otro. Además, va a demostrar que estar en las encuestas de primero, siendo el único candidato, no sirve a la hora de la verdadera encuesta: los votos de los colombianos.
Votar por estos dos tarjetones va a permitir mostrar que quienes se han mantenido 4 años diciéndonos que son los únicos dueños de la voluntad popular, no lo son; que nos damos el lujo de pensar y que Colombia, entre sus 50 millones de habitantes, tiene mucho más que dos personas, que se autonombraron los únicos dos capaces de gobernarnos. Es también la ocasión para decirle a quienes se consideran candidatos eternos que esta es su última vez, ya no los queremos ver más, ya deben ceder el paso a quienes se vienen preparando para ser presidentes. Muestra de ello lo vemos en los gobiernos regionales con éxito (si fallaron en esas administraciones, demostraron que no son los gallos), en los que diferentes personajes han hecho carreras destacadas en otros campos del poder. Si no nos renovamos, este país seguirá en este mediocre estancamiento que se está traduciendo en hambre y desesperación.
El voto del 13 de marzo es contra la polarización. Si se marca una diferencia contundente contra la votación del llanero solitario de las encuestas, nos permitirá ir con más tranquilidad a las elecciones del 29 de mayo, ya que al saber que quedó de tercero en cantidad de votos de los tarjetones, no nos hará votar en primera vuelta por el que creamos que va a ganar. Por el contrario, vamos a poder votar por el mejor de los candidatos que queden escogidos el 13 de marzo. Así, será más fácil que resulten dos buenos para la segunda vuelta, o al menos ninguno extremista, y poder escoger entre dos buenos, lujo que hace rato no nos damos.
La absoluta necesidad de salir a votar el 13 de marzo, además de marcar grandes diferencias en el congreso, es elegir buenos candidatos del Equipo y de la Coalición a la presidencia de la república. Con una votación masiva por ellos estamos demostrando que no queremos más polarización, que queremos alternativas no extremistas de cambio. Es la oportunidad de salir de esta espiral de excusas increíbles para todo y pasemos a soluciones reales que mejoren nuestro país, es el momento de un timonazo, que en lugar de analizar si una propuesta es buena o mala dependiendo de quien la esgrima, analicemos sus pro y contras por su contenido y un estudio serio de la posibilidad de resultados de beneficio nacional.
En cuanto a congreso, que se supone que es la razón principal de la cita, debemos esforzarnos por elegir bien, difícil tarea porque escoger candidatos nuevos con base solo en lo que proponen es siempre un albur. Pero debemos elegir un congreso tan renovado como sea posible, que quienes están se den cuenta que no nos gustaron sus reformas tributarias, sus apoyos a la primera línea desde el congreso, que hubieran sesionado con la bandera de Colombia al revés, que no hubieran hecho un solo debate de control serio sobre las causas del mismo, etc… Ninguno terminó en por lo menos una exhortación a mejorar y todo siguió igual. No hubo cuestionamientos contra la inflación, la devaluación y muy pocos sobre la inseguridad. En mi caso no votaré por alguien que se haya desempeñado como congresista que haya intentado hacer tres reformas tributarias y haya autorizado dos, la última de dos dígitos billonarios y alzas por fuera de la misma que contribuyeron a la desbocada inflación de hoy y las otras razones expuestas.
SALGAMOS A VOTAR EL 13 DE MARZO, con la esperanza no solo de escoger un buen congreso, si eso es posible, sino también de vencer a la polarización, primer paso para salir de esta nube negra que no nos deja ver las soluciones reales del país y que de lograr una gran mayoría, quedemos por fuera de los extremos que nos han tenido enfrentados los últimos 12 años. Solo así podremos llegar con una mayor tranquilidad a la primera vuelta del 29 de mayo y ese día poder escoger entre los mejores, llegando, después de muchos años, a una segunda vuelta eligiendo entre los dos mejores candidatos, por la excelente preselección que hicimos en primera vuelta.