No hay plazo que no se cumpla ni fecha que no se llegue. Es así como llegamos al día D1, después de 4 años de polarización y de amenazas con el 2022. Aquí está y es pasado mañana.

Muchos tratamos de alistarnos para esta fecha especial. Hicimos muchas cosas, intentamos otras, algunas no salieron como esperábamos. Ninguna salió mejor de lo que se esperaba y llegamos desarmados, indefensos y confundidos. En aguas revueltas hay que ver qué pescadores ganan. Hoy vivimos una confusión de candidatos, partidos, arreglos públicos y escondidos, y un caos generalizado que tiene a muchos con los pelos de punta, pensando en el futuro del país, que nadie quiere que cambie tanto para perder su democracia, ni que no cambie nada para también perderla lentamente, en medio de esta inflación, devaluación, inseguridad y mediocridad.

Tenemos todo tipo de candidatos y los partidos que, aunque tratando de aprovecharse de la situación, están tan confundidos como nosotros. Un partido que le aceptaron su existencia a pesar de haber participado en la elección anterior con otro nombre. Su jefe único y candidato hizo un pacto para asistir a debates con cuatro floreros y él es el único que habla, siempre en la mitad y nadie duda que será el ganador de su pacto, a pesar del reciente inconformismo de acompañantes a entrevistas, a quienes no los deja hablar. Otra alianza, que más parece una colisión, donde a diario están más peleados que el día anterior en temas más políticos que programáticos, ya dejaron claro que el futuro depende de quién gane y sin nada que traiga un cambio. El partido de los paisas, que terminó no participando en ninguna consulta, con uno de ellos de candidato, otro aparentemente en el equipo y otro como aliado en la colisión, todos de pura cepa, como dignos representantes de los únicos que parece consideran capaces de gobernar. También tenemos al Equipo de candidatos con experiencia, que muestran ser amigos, pero muy elegante y discretamente le asestan golpes debajo de la cintura a quien menos ha asistido a debates, por considerarlos viciados por periodistas que los hacen en busca de escándalos y no de propuestas. Pero este equipo al menos se muestra como única opción real de cambio, con muchos logros que mostrar, una campaña basada en ejecutorias y éxitos de algunos de ellos, a quienes los polarizantes tratan de descalificar con la más baja propaganda negra.

Había otra gran alternativa de cambio. La Registraduría no permitió su participación democrática, lo cual contrasta con la facilidad con la que le dio personería jurídica al partido sin antecedentes con el nombre que se inscribió, al que permitió que entrara con tiempo en la pelea pre-electoral. Un poco menos al extremo y tal vez con poca opción de cambio, a otro partido también se le dificultó mucho el registro. La colectividad política del héroe de la democracia, sacrificado por la violencia, pero en el que algunos de sus miembros no muestran esas admiradas capacidades y valores, de las cuales muchos dudan. En este partido, además, ha habido la misma colisión interna de la alianza a la que se unieron.

Sumado a lo anterior, se encuentran candidatos independientes y partidos que se han auto-aislado de las consultas. Uno en espera de lo que haga su jefe tradicional, todavía indeciso o esperando para aprovechar el momento oportuno, si llega, para dar el zarpazo certero, sin antes comprometerse con ninguna consulta. El otro, el partido resucitado, que con base en los principios y acuerdo de lo fundamental no ha considerado aliarse con nadie para consultas, espera desde el balcón para llegar cómodamente a montarse en el caballo ganador, sin arriesgar y sin contribuir a vencer a quienes ellos mismos y otros, como único programa visible de campaña, dicen que hay que derrotar.

En espera del día D1, es motivo de reflexión para los colombianos la posesión del joven ex-líder estudiantil Gabriel Boric, en la hermana República de Chile. La que fue fuente de inspiración por tanto tiempo para nuestro país, e incluso su expresidente Piñera, en su segundo gobierno, fue traído varias veces como referente por el presidente Duque. Bueno, algo de lo que hizo no fue suficiente para los chilenos, quienes tuvieron que vivir la inflación más alta de 14 años (cifras de Chile), una excesiva inmigración de nuestro país vecino que llevó a los chilenos a escoger alguien que representaba exactamente lo contrario, con los peores pronósticos para algunos fanáticos, que usan el susto en nuestro país como campaña ante la falta de programas. Ojalá los mismos de siempre, antes de saber que van a hacer en ese país, no empiecen a pelear con él y dañar las relaciones. Apenas nos estamos recuperando del daño que causaron en las relaciones con EE.UU. Afortunadamente, para los chilenos el congreso quedó repartido en ambos lados del espectro político, lo cual puede ser garantía que no vaya a haber excesos del nuevo gobierno, si es que esas fueran sus intenciones; además de que están en el proceso constituyente.

Volviendo a Colombia, para las elecciones de este domingo 13/03 es necesario una votación masiva. Entre mas colombianos voten, quienes hacen cosas irregulares quedan absorbidos por los colombianos de bien. Si 38 millones de colombianos habilitados para votar lo hicieran, a los corruptos regados por toda la geografía nacional, no les alcanzaría para afectar los resultados.

Es necesario escoger bien al congreso, renovarlo cuanto sea posible. No sirve cambiar solo dos o tres, que quedarían absorbidos por quienes llevan 20 años ahí sentados, incrementando año a año los impuestos como si no hubiera un tope y haciendo leyes que cada día restringen más nuestras libertades. Las curules parece que tuvieran un lavador de cerebros que les hace olvidar que representan a los colombianos y les hace creer que los sientan ahí para perjudicarnos a como dé lugar. Además de los interminables escándalos que desprestigian lo que debería ser la fuente de todas las virtudes humanas, para con sus leyes guiar al país hacia un mejor futuro.

Entonces, el 13/03 tenemos la responsabilidad de elegir con múltiples variables el Congreso, ya que hay nuevas circunscripciones y un maremágnum de candidatos que han formado un inmenso pliego de números donde escoger el mejor. Esto demanda de los colombianos llegar preparados a enfrentar unos numeritos que no dicen nada. Por eso, previamente se debe identificar el número del candidato a votar, en especial hoy, que se vota más por individuos que por los desacreditados partidos, cuyos miembros andan saltando también entre alternativas, muchas veces más por conveniencias personales que del partido que representan.

En cuanto a las consultas, quedarán de ellas solo 3 candidatos, 12 excandidatos desaparecerán de las opciones para el día D2. Se aclarará un poco el panorama, será la primera gran encuesta nacional que establecerá posiciones con los resultados de la encuesta que votemos el domingo y dará resultados muy diferentes a encuestas anteriores, donde había un solo candidato con muchos precandidatos. Por eso es de la mayor importancia escoger bien. Preocupa a la democracia los electores de candidatos elegidos que no van a consulta, porque son muchos votos contra el candidato eterno, que si no manifiestan en las urnas hacia qué lado van, el mismo de siempre va a seguir encabezando, mientras hay millones de personas que no votarían y no queda registrado en la encuesta. Este tema tiene muchas aristas, pero en aras de mejores resultados de D2 y D3 si sería mejor que votaran y muestren la verdadera tendencia, lo que les permitiría votar con mayor tranquilidad y ojalá por buenos y no el menos malo.

El  mejor de los éxitos para los colombianos en esta cita democrática es que ojalá pensemos en Colombia más que en los intereses personales o grupales, que no nos dejemos arrastrar por 12 años de polarización hacia lo mismo y busquemos una opción de cambio positivo que permita un país de oportunidades, de progreso, de desarrollo y de una luz de esperanza de un futuro mejor.