07/08 CIERRE DE CIFRAS DE ESTE GOBIERNO PARA BALANCE. Todo lo que pase en el país, bueno o malo, es responsabilidad del presidente por el que votamos hace más de 4 años y de su equipo de gobierno. Incluso el resultado de las elecciones, de su control y de su transparencia, la cual no tengo elementos de juicio para juzgar en esta columna, pero, como lo dije después de la consulta y de la primera vuelta, no me deja completamente tranquilo. Sé que de demostrar algo, nada se va a cambiar del resultado, como suele suceder en este país, de manera que como demócrata tengo y tenemos que acatarlo.
Quedan 45 días para el relevo de la presidencia de la república, lapso que debe ocupar el gobierno para hacer un cierre digno. En este tiempo, nada de lo ocurrido justifica que la inflación siga galopando, menos que sea impulsada por un absurdo incremento de combustibles y que una devaluación se aumente por factores internos, entre muchos por la especulación de la divisa, que ya se vio que la supuesta subida del dólar del fin de semana de elecciones, solo fue producto de algunas cajas de cambio que quisieron aprovechar el mercado de divisas cerrado, para lo cual las acciones correctivas deben hacerse públicas y rápido.
Algunos miembros del gobierno entrante o de sus áulicos manifiestan que deben hacer una reforma tributaria, como única acción de gobierno anunciada hasta el momento, según ellos por la pésima situación de las finanzas que deja el gobierno actual, aún en funciones. Una de las responsabilidades ineludibles que debe hacer este gobierno es demostrar que eso no es cierto, si es que no lo es. El gobierno Santos no lo hizo y fue usado por este como disculpa para su primera Reforma Tributaria, lo cual se interpretó como que se seguía en las mismas, en ese caso incluso con muchos de los mismos funcionarios, que terminó con el periodo de gracia del pueblo colombiano con su gobierno e incluso fue usado para la segunda, afortunadamente fallida, reforma Carrasquilla y la tercera, que aunque menor muy grande, igual no mejoró nada.
Pues bueno, el electo ya anuncia una reforma muy parecida a la segunda con las mismas razones de retrovisor. Es ineludible que este gobierno se pronuncie contundentemente sobre la salud de las finanzas que muestre claramente que hizo un gobierno aceptable y que una reforma tributaria es absolutamente innecesaria, esto como responsabilidad mas con los colombianos, su seguridad y su bienestar, que con el gobierno electo. No hacerlo es aceptar en silencio el fracaso de su gestión económica, no solo en cuanto a inflación y devaluación, sino en la administración del estado, siendo responsable de mucho de lo que se haga en ese aspecto para curar la enfermedad que supuestamente deja, si no lo aclara. No hacer una declaración es prácticamente darle el visto bueno a muchas acciones, pero en especial a esa reforma tributaria y lo hace cómplice de cualquier exceso que se haga con ella.
Duque representa a todos los colombianos hasta el 7 de agosto, de los cuales 10.538.320 votaron por un programa que incluía, entre otras, disminución de la burocracia, rebaja del IVA, el NO a la Reforma Tributaria, que no era necesaria porque no puede llegar a la cifra estimada de corrupción que está calculada en 50B, por lo que el combate a la corrupción desde el gobierno hacía parte de una propuesta votada por la mitad de la población e incluso por los dos candidatos finalistas. De manera que se supone también que es del electo, pero de eso no han dicho nada. El presidente actual (hasta el 7 de agosto), debe dejar todo lo más claro posible sobre las finanzas del estado, levantando la voz en forma pacífica ante semejante incongruencia y en respaldo de la mitad de los colombianos que votaron en contra de esa posibilidad.
La voz de esa mitad de la población que votó en contra del elegido debe ser tenida en cuenta y en lo que al gobierno actual corresponde, debe dejar clara su responsabilidad en la razón que esgrimen los entrantes de que es por el pésimo estado de las finanzas que deja, a pesar de los innumerables anuncios de supuesto crecimiento económico (que significa aumento en recaudos de impuestos) y otros supuestos logros, que quedarían prácticamente desvirtuados tácitamente al no pronunciarse sobre la salud de las finanzas del estado. Si se quiere ir más allá, con sus ahora 4 años de experiencia, puede incluso mostrar el camino para una alternativa, diferente a una desastrosa reforma tributaria, que ya causó tantos problemas a su gobierno, pero además en atención a la mitad de los colombianos que votaron, convencidos que no se necesita, e incluso algunos que votaron por el electo (en especial los que votaron en voto castigo a su gobierno), que ya empiezan a retirar su apoyo, al ser rotulados como nuevos ricos en la tributaria que ya se conocen datos de sus alcances. Ese deber es con los colombianos, con su imagen, su responsabilidad y el futuro mismo de todos.
La responsabilidad hasta el 7 de agosto incluye el control de la devaluación, un renglón en que este gobierno se está rajando sin atenuantes. Después de recibir el dólar a $2898, el día de hoy cerró a $4129 y sub
La responsabilidad hasta el 7 de agosto también incluye la inflación, un poco más difícil de medir que la devaluación, ya que no hay una cifra clara y objetiva, diferente a lo que los colombianos sentimos en el bolsillo. La cifra oficial se ha mantenido en el límite de un dígito, que deja muchas dudas al ser una cifra entregada por una dependencia oficial del mismo gobierno, que no cuadra cuando uno va al mercado, donde la carne, verduras, vestuario y otros elementos cuestan el doble de lo que costaban hace no mucho tiempo. Ojala hubiera tenido la precaución de haber tenido el valor de un kilo de carne, un litro de leche, un pan, los huevos, el 7 de agoto 2018, para ver esa inflación de los últimos 4 años, a pesar que durante la pandemia tuvo índices negativos, lo cual en el acumulado de los cuatro años debe favorecer el balance, pero no, es inmenso el daño causado al bolsillo de los colombianos, incluso los asalariados, cuya nueva condición de millonarios fue absorbida por la misma. llama la atención que sobre este tema tampoco se ha pronunciado el gobierno en sus programas, cuando en campaña decía que los alimentos no pueden ser artículos de lujo y una RT los encareceran más.
Cuando los “buenos” lo hicieron mal, solo queda la esperanza que los “malos” lo hagan bien.
En medio de la gran incertidumbre generada por los resultados de las elecciones, el anuncio de la reforma tributaria es el primer gran golpe a los colombianos, el temor de los 10.538.320 de que pasará en este gobierno se aumenta al ver la gran cantidad de acuerdos políticos que se colocan debajo de la sombrilla del gran dialogo nacional, el cual se hace con los dirigentes y políticos de siempre, mostrando muy poco cambio en protagonistas, pero que definitivamente no incluye a los colombianos del común y lo que es peor, todo parece indicar que no vamos a tener a nadie que nos defienda, ya que no se ve a nadie que se muestre en oposición, ni siquiera los más recalcitrantes anunciadores de la llegada del coco, como lo peor que le podía pasar al país, que ya están comprando tiquete en el tren de la victoria, cualquiera haya sido la forma verdadera en que llegaron a ganar estas elecciones.
Una voz del gobierno actual es absolutamente necesaria, aprovechar estos 45 días que le quedan para cerrar su gestión de manera responsable en cifras de devaluación, inflación, y demostrar que el tan cacareado crecimiento económico si es cierto, al igual que otros tantos anuncios económicos positivos recientes, tanto que el país no requiere una reforma tributaria, a la cual se opuso con gran vigor el gobierno electo cuando no eran quienes recogían el recaudo. Es ineludible que este gobierno muestre que no deja el país en paupérrimas condiciones para semejante reforma y salga el 7 de agosto con la frente en alto, dando a los colombianos un poco de esperanza en que no es necesaria una acción de tierra arrasada.